No mentiré, me sentía nerviosa. Estar en la misma mesa que un chico guapo era la razón por la cual movía mi pierna sin cesar.
Él había resultado ser de estos chicos que saben hacer tema de conversación, al igual que yo. Por lo tanto, no habíamos dejado de hablar desde que salimos del edificio. Me sentía bien, a gusto.
Sonreí al verlo emocionado mientras hablaba de su pasión.
- Entonces si te gusta tanto la música, ¿por qué pretendes ser el próximo senador? - me atreví a preguntar recibiendo la órden de comida.
- Mi padre. Él también es senador y quiere que siga sus pasos. No me queda otro remedio. - comió un poco para disimular que había bajado la cabeza apenado.
- Te entiendo. Lo mío es el baile y ya ni siquiera puedo estar en una academia por culpa de mi madre. - sus ojos buscaron los míos - Ella es abogada y quiere que yo también lo sea.
El resto de la tarde (casi noche) se pasó muy bien. No eramos iguales pero compartíamos varios gustos en común. Todo iba de maravilla.
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Le dicen amor
RomanceLa vida está llena de sorpresas, unas buenas y otras no tan buenas. Vivir al máximo es la clave, y amar profundamente es la llave a la felicidad. ¿Qué harías si el chico que te gusta está a punto de morir? *Esto es una historia corta con sentimiento...