Secues...espera ¿khe?

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Siki—¡A la cargaaaa! 🏇

Jojo—¿Posiciones?

Hiro—Help.
.¿Me explican de nuevo? (?)

Kyo—Será idiota.

Uruha—¿Debo usar tanga o no? :0

Yo-ka—¿Tanga Uruha? xd

Uruha—Me gusta ser profesional, discúlpame. 💅

Hiro—Es que me pierdo. 😭

Siki—Shohei, Hazuki, Rena y tu se encargarán del secuestro.
.Yo seré el chófer 🙌
.Lo demás, ya sabes. 😉

Kyo—Andando, ya faltan 10 minutos para que salga.

Kai TG—Las perras están listas.
.Repito, las perras están listas. 💃

Kouryu—JAJAJAJAJAJAJAJA

Luvia—En marcha, águila 1.

Siki—Copiado Serpiente rastrera.

Yo-ka—SALIÓ ANTES, MEIDEI AHORAAAAAAAA JODER.
.MUEVAN EL CULO. 😱

Mahiro—ESO INTENTAMOS.

Kyo—¿Cuál culo? Si nadie más que Siki o yo tiene.

Tamon¡Que si tenemos no discutiremos eso de nuevo! 😤

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(Fuera de Tower en Yokohama)

Genki coloca las manos en su chaqueta, de pues de todo, estaban en pleno otoño y hacia bastante frío, cosa que no le desagradaba del todo. Se despide de Kouhei, el gerente de la tienda de música antes de cerrar la puerta de cristal tras suyo, y comienza a caminar hacia donde estacionó su auto una calle abajo.

Koichi esta tarde saldría en busca de quien sabe que para la boda y es que si le importaba, pero ya había echo su parte, como aconsejarle al respecto sobre sus gustos y por ultimo, buscar su traje, el pelirosa ya no requería de ayuda. Se decide en fumar mientras avanza, para relajarse más de lo que estaba y guía su vista a una vidriera cuando, sin verselo venir realmente, lo intentan sujetar.

Uno lo sostiene pero el era chiquito y demasiado peligroso sin dudarlo.

—¡Hijos de puta!— grita, safandose de uno y asestandole un golpe que lo hace perder el equilibrio. Otro enorme que tiene la cara un poco tapada con una máscara estúpida de hormiga, lo quiere volver a agarrar de los pies sin mucho éxito.

—¡Amigo sólo coopera!—Chillan tras suyo debido a que se le prende de la espalda y obviamente lo supera en altura, ya que al intentar darle un cabezaso impacto la misma contra el cuello del desconocido.

—¡Yo no me rendiré!—

Y es estúpido que la música de la película de caballos que hace llorar a Koichi, se le reproduzca en la cabeza en medio de un posible secuestro.

Quizás lo violen.

Y eso hace que patee en el tobillo al alto que aún lo mantiene preso y aprovecha eso para salir corriendo antes de que el musculoso lo atrape. Sonríe victorioso importandole bien poco que luzca como demente pero, la sonrisa se borra de inmediato cuando una Van blanca le corta el camino y la puerta corrediza se abre, revelando a otros enmascarados.

¡YA MENTANLO!—

—¡SUJETEN SUS PIERNAS!—

Genki por más que pataleo (golpeando de una patada a uno de los tipos en el vehículo) no pudo evitar ser atado y amordazado, lo último que sus ojos vieron antes de ser cubiertos con una venda, fue un pañuelo.

「EL HAREM DE KOICHI」En Edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora