Rejects - 2 |M.C.|

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Era jueves y la verdad no tenía ganas de asistir a la escuela. No tenía ganas de ver a nadie, y no, no había peleado con Mike un día antes, es sólo que los días en la escuela eran aburridos. Parecía una rutina hacer siempre lo mismo, a la misma hora.

Habían pasado ya tres semanas y las peleas seguían, aunque no tan frecuentes. Ambos nos estábamos cansando de eso. Pero seguíamos.

Baje del autobús escolar buscando a Mike con la mirada. Pero no estaba por ahí.

Entre al edificio dirigiéndome hacia mi casillero, metí y saqué libros y cuadernos aún preguntándome dónde estaba Mike.

Fui hasta mi aula, no estaba ahí. Tome asiento esperando que llegara pronto. La clase comenzó y el no había llegado, lo cual no me sorprendía, varias veces Mike llegaba diez minutos después. Y lo que ocurría era un reporte de la dirección.

Estaba aburrida sin él a mi lado. Era demasiado raro no tenerlo ahí sonriendo de repente.

Las demás clases fueron igual de aburridas. Me sentía sola, y estaba preocupada. A la hora del almuerzo, me senté en una mesa para dos, aunque sólo era yo.

Cuando tocaron para salir, tenía la esperanza de ver a Mike esperándome en alguna parte del edificio, pero no estaba, comenzaba a preocuparme más.

Tome el autobús escolar de regreso a casa, coloqué mis audífonos mientras miraba por la ventana, después de unos minutos comenzó a lloviznar.

Al llegar la parada bajé del autobús, caminando lo más rápido posible, ya que la lluvia estaba aumentando su velocidad. Me detuve en una casa mirando a mi alrededor, estaba cerca de la casa de Mike -a seis cuadras-, mi casa aún quedaba a cinco cuadras al siguiente lado, entonces tomé el camino opuesto hasta la casa de Mike. No me importaba si llegaba empapada, quería saber porque Mike no había asistido a las escuela.

La lluvia estaba demasiado fuerte, corría por las calles.

Me había cansado ya, y apenas llevaba cuatro cuadras, me detuve en una casa respirando rápidamente, después de un momento comencé a correr de nuevo. Entonces llegue a la casa de Mike, me detuve un momento tratando de tranquilizarme. Toqué su puerta varios segundos, como nadie abría pensaba en irme, hasta que oí pasos. Abrieron la puerta, ahí estaba una chica cabello color chocolate mirándome con una sonrisa que pronto se fue desvaneciendo.

-¿Quien eres tu? -pregunté.

-Me llamo Charli -se giró hacia las escaleras-. ¡Mike! ¡Mike! ¿Estas ahí?

Fruncí el ceño.

-¿Quien es Charli? -oí la voz de Mike desde su habitación.

-No lo sé.

Mike salió a las escaleras.

-¿____? Hola... -Mike bajó rápidamente.

-Am, ¿qué está pasando aquí? -pregunté.

-¿De qué? -preguntó Mike.

-¿Quién es ella Mike? -pregunté.

-Eh...

-¿Ella quien es Mikey?

-¿Perdón? -miré a la chica.

-¿Qué? -me miró.

-¿Mikey?

-Charli, ya puedes irte... -interrumpió Mike.

-¿Seguro Mikey? -Mike asintió-. Bien, cualquier cosa que necesites me llamas, eh -se acercó a el antes de darle un beso en la mejilla-, ya sabes.

-Claro, gracias -contestó.

-Adiós -me miró sin hacer ningún gesto.

-¿Qué mierda Gordon? -pregunté en cuanto 'Charli' se fue. Fruncí el ceño.

-¿Qué pasa? Y no me llames Gordon -se acercó a mi.

-¿Quién jodidos era ella?

-Charli.

Rodé los ojos.

-Bien, ¿y que hacía aquí? ¿Y por qué no fuiste a la escuela?

-Mantén la calma...

-¡Deja de desviar la conversacion! ¡Dime quien era ella Mike!

-Vino a cuidarme...

-¿Qué? ¿A cuidarte de qué? ¿Del monstruo en tu armario, y te protegió con sus enormes cenos?

Mike soltó una carcajada.

-Escucha... ella es Charli. Es amiga de la hija de la amiga de mi madre. Ayer por la noche me sentía fatal, pensé que eran mis últimas horas, entonces la llamé...

-¿Le llamaste a ella en lugar de llamarme a mi? ¿Es enserio Michael?

-Le llame a ella para que trajera a su madre Susane, la cual me dijo que algún alimento me había hecho daño. Tenía vómito, diarrea, fiebre y dolor de cabeza. Entonces su madre se fue a mitad de la noche a su trabajo. Me dejó con Charli.

-Tuvieron sexo toda la noche y fueron felices para siempre ¿no?

-Am... no. De hecho tiene novio.

-Pero si no lo tuviera hubieras tenido sexo con ella y hubieras...

-¿Podrías callarte ya? Estas empapada tu nariz se está poniendo roja, te vas a resfriar, ¿quieres que te haga un té? Ve a mi habitación y cambia tu ropa, no quiero que te de gripe o algo.

-No, Mike...

-Ve...

Bufé resignandome a subir a su habitación.

Entre a ella abriendo su armario, sacando playeras. Pasé el cuello de la playera con estampado de Green Day por mi cabeza, para después colocarme unos jeans negros.

-____... -Mike abrió la puerta.

-¿Si?

-Ya va a estar el té, ¿quieres bajar, o quieres quedarte aquí?

-Aquí...

-Bien, ahora vuelvo.

Mike salió casi corriendo, me senté en su cama esperando a que volviera con el té. Después de unos minutos Mike llegó sentándose en la cama.

Tomamos té mientras comíamos galletas en silencio mirando al frente.

Mi teléfono comenzó a sonar, era mi madre.

-¿Qué pasa? -pregunté.

-¿Dónde estas ____?

-En casa de Mike.

-¿Por qué no me avisaste, eh?

-Fue de último momento. No asistió a la escuela y vine a ver que sucedía.

-Quiero que regreses pronto.

-Lo haré.

-Bien.

Y colgué.

-¿Tu madre? -preguntó Mike mordiendo una galleta.

-Sí, quiere que vuelva lo más pronto posible. Así que no duraré mucho.

-No... no te vayas.

-Tengo que hacerlo o no me dejará regresar.

-No quiero que te separes de mi ahora.

-Lo siento...

-Ummm -hizo una mueca-, ¿y si voy a tu casa? No sé, a pasar el día. Odio quedarme solo.

Lo pensé un momento. A mi madre no le molestaría en lo absoluto.

-Está bien.

-Te amo -sonrió satisfecho.

-Y yo a ti.

Mike me dió un beso corto en los labios.

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