Capítulo 6

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Des difficúltes.

Harry vio como el cuerpo de Ginger brillaba, parecía que oro líquido corría por sus venas, se veía tan tierna. Pero esa ternura se apagó cuando vio que el profesor Snape lanzaba un hechizo y el cuerpo de Ginger dejaba de brillar para luego ella caer al suelo. La señora Pomfey había logrado agarrarla, pero por poco, si no hubiera sido por ella Harry ya le estaría gritando al profesor Snape por su falta de delicadeza.

Harry vio como la recostaban en una cama, y la tapaban con una sábana hasta la altura de la cintura, se veía tan tranquila. Harry seguía en su cama, siempre la observo a la niña desde su cama y al parecer la señora Pomfey no se había dado cuenta que Harry había visto todo. Así que con rapidez Harry volvió a recostarse en su cama y fingió que estaba dormido, no quería problemas.

Harry escucho un portazo, seguramente la señora Pomfey había vuelto a su despacho, cuando Harry iba a abrir los ojos escucho la voz fría de su profesor, de inmediato apretó los ojos.

- Sé que esta despierto, señor Potter – fue lo primero que le dijo – y espero que mantenga su boca cerrada y que no diga esto a nadie, porque si no yo mismo me encargare de su castigo – Harry no abrió sus ojos en ningún momento, así que solo escucho el ondeo de una capa y el portazo de la puerta de la enfermería.

Harry suspiro de alivio y miro a la niña pelirroja con una sonrisa, no diría nada, por nada en el mundo.

...

Severus Snape no tenía una vida fácil, pero el mismo había forjado su propio destino, y eso él lo sabía. Su inmadurez en la adolescencia lo llevo a tomar decisiones equivocadas, una de ellas fue perder a su mejor amiga, Lily Evans. Otra de ellas fue tomar el camino equivocado, segado por el odio y el rencor tomo la decisión que marcaría el resto de su vida, se convirtió en mortifago.

Ahora con 30 años era un profesor de pociones en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, soportaba a mocosos de 11 a 17 años y era un ex-mortifago, y esto último poca gente lo sabía. Y esperaba que así se mantuviera, en secreto.

Ahora Severus tenía que agregar otro título a su lista, el de niñero y de dos chicos insoportables. De los cuales uno de ellos dormía plácidamente y el otro leía mientras de reojo observaba a la que dormía. Severus miro fijamente a Harry Potter, de alguna forma ya no sentía tanto odio hacia al niño, se dio cuenta que en realidad no era nada de lo que había pensado que era, en realidad, era todo lo contrario. Era un niño bastante tímido, al cual no le gustaba su fama, no tenía arrogancia, pero si mucha curiosidad y eso lo metía en problemas, no era que él los buscaba. Era muy parecido a su madre, pero tenía algo de su padre, pero al mismo tiempo era solo él, solo Harry. Y eso confundía a Severus, así que prefería no pensar en nada que tuviera que ver con el niño, pero había un problema si no pensaba en que sentía hacia el niño Potter pensaba en la situación de Ginger. Y eso era algo en lo que tenía que pensar, pero no quería, era muy estresante.

Ginger Vitrovit era una niña con un núcleo mágico pequeño, Severus aún no sabía si había sido causado por algún mago o si la niña había nacido así, pero se inclinaba más por la segunda opción. Además de eso, ella tenía un problema muggle, sus defensas eran demasiado bajas y su poca cantidad de magia no dejaba que se curase de ello. Severus tenía que hallar una solución a la situación de Ginger o la niña no viviría una vida normal. Por ahora tenía que lidiar con el problema de su estadía en Hogwarts, Severus, con lo que había pasado temprano en la enfermería, llego a la conclusión que los hechizos fuertes afectaban a Ginger bloqueando su magia y haciendo que su cuerpo se “apagase”. Mientras que la magia en el ambiente no le afectaba en nada, por eso, al llegar al castillo, Ginger no había reaccionado mal; mientras que con el hechizo que hizo la señora Pomfey, Ginger se había desmayado.

Detrás del barbijo [HP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora