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Jinyoung sintió la dura longitud de la polla de Jaebeom cuando el hombre se acercó por detrás, inclinándose sobre él, sosteniéndolo.

Su cuerpo se encendió con un fuego que no creía posible, pero que definitivamente estaba ahí. Con su rostro sobre el agua humeante, y el caliente cuerpo de Jaebeom presionándolo desde atrás, el frío que se había asentado sobre él y en él, casi se había desvanecido.

No del todo. Estaban casi ahí, pero Jinyoung necesitaba entrar en esa tina. Su cabello húmedo aún hacía que todo pareciera muy frío.

Pero Jaebeom olisqueó su cuello de un modo muy dulce, y sus manos vagabundas, se deslizaron por la cintura y el pecho de Jinyoung, sus dedos encontrando las tetillas, torciéndolas gentilmente hasta que estuvieran duras.

Jinyoung boqueó por aire antes de morderse el labio.

—No es que no me guste esto, u otra cosa, pero realmente quiero meterme al agua contigo —dijo.

La ronca respuesta de Jaebeom se disparó directamente a la polla de Jinyoung.

—Cualquier cosa que necesites.

—Carajo, apúrate, entonces —dijo, y aún con los brazos de Jaebeom entorno a su cintura,  levantó una pierna por sobre el borde de la tina, poniendo el pie en el agua caliente.

Gimió. Dios, esto se sentía tan bien. Metió el otro pie, y Jaebeom lo soltó para que pudiera hundirse en el agua. Jinyoung se tapó la nariz y sumergió la cabeza bajo el agua por solo un segundo, tiempo suficiente para tener la cabeza tibia. Cuando salió, se sintió mejor que nunca, y Jaebeom le sonrió de la mejor manera posible mientras se metía con él.

Jinyoung se levantó, haciendo más espacio.

—¿Pusiste aceite en el agua? —Jaebeom preguntó, levantando una ceja mientras se instalaba.

Jinyoung asintió.—Un montón —dijo.

Solo para probar las cosas, estiró la mano y empujó un dedo en su agujero. La inserción fue bastante fácil.

—Tanto como me gustan los juegos previos, con el agua así, no vas a tener que hacerme mucha preparación antes de llegar a las cosas buenas.

—¿Te metiste el dedo tú mismo?

Jinyoung asintió.—Sí, lo hice. ¿Por qué? ¿Ese territorio es tuyo?

Jaebeom cerró la brecha entre ellos inclinándose más cerca, sus labios casi tocándose.

—Lo es —replicó.

El más breve de los besos vino a continuación. Fue más una provocación que un beso. O una promesa de lo que Jaebeom estaba planeando, supuso Jinyoung. Siempre había eso.

Jinyoung se inclinó hacia atrás en su sitio, abriendo sus piernas y jalando al hombre entre ellas.

—Deberías reclamarlo, entonces. Y apúrate con ello, antes de que recuerde lo cursi que es hablar así.

Jaebeom sacudió la cabeza. —Eres un tonto.

—Tú tonto, no lo olvides 

Tembló cuando sintió unos de los dedos de Jaebeom metiéndose en él y luego el otro.

—Nunca lo olvidaría 

—Oh, Dios —dijoJinyoung, y de ahí en adelante su meta fue relajar su cuerpo lo suficiente para permitir que esta parte fuera más fácil. Para ir más rápido.

Debido a la saludable vida sexual que Jaebeom y él tenían, no era que estuviera tan apretado que fuera a haber algo de dolor, pero considerando que solo estaban usando agua aceitosa, parecía que su alfa quería tomarse su tiempo.

Jinyoung no tuvo un momento para recordar que había hundido la cabeza en el agua, o para preguntarse cómo se veía su cara o su pelo, antes de que Jaebeom empujara su pesada polla contra el anillo de su agujero, y luego la gruesa cabeza se metiera, deslizando el eje hacia adelante.

 La columna de Jinyoung se arqueara mientras tomaba la polla de Jaebeom tanto como podía dentro de él.

Sus dedos se cerraron sobre los brazos de Jaebeom. Sus uñas podrían estar dejando pequeñas marcas, pero no estuvo seguro.

—Mío —dijo Jaebeom, su voz un bajo retumbar en el oído de Jinyoung.

—Sí —dijo, en parte de placer, en parte aceptándolo. —Yo... yo estoy cambiando programas —Pronuncio, cabalgando en un movimiento hacia adelante y hacia atrás, de empujar y jalar, que Jaebeom había comenzado.

—¿Cambiando? —Jaebeom preguntó.

 El hombre era tan condenadamente sensual cuando apretaba la mandíbula de esa manera. ¿Siquiera estaba consciente de lo bien que se veía en ese momento?

Jinyoung asintió.

—Voy... mierda, voy a ser enfermero en su lugar. Mejor horario. Pasaré más tiempo contigo y la... manada.

Jinyoung no estaba seguro de cuánto de eso Jaebeom entendía verdaderamente. Especialmente cuando sus ojos brillaban de esa manera. Por otro lado no estaba preocupado, sin embargo. No pensaba en la posibilidad de que el lobo del alfa saliera y tomara control, porque estaba seguro de que podría manejarlo cuando hiciera su aparición.

Y Jaebeom le sonrió, esa magnífica sonrisa depredadora que era aún mucho más sensual y excitante solo por el hecho de que estaba dentro de él, meciéndose ida y vuelta, haciendo olas en la tina que probablemente estaban derramándose por sobre el borde. 

Pero a quién le importaba eso, ¿cierto?

A Jinyoung no. Él solo podía pensar en el placer, que pronto fue algo más que solo un placentero zumbido en el cuerpo, algo como una fuerza devoradora que tomó control de su garganta y lo hizo gritar y gemir mientras que la polla de Jaebeom se arrastraba sobre su próstata. Algunas veces el hombre se detenía, permitiendo que la cabeza de su polla se demorase en ese lugar en dónde la necesitaba tan desesperadamente.

Así que no hubo nada despacio y fácil en ello. Las caderas de Jaebeom golpearon ida y vuelta en el agua, transformando esas olas en una tormenta huracanada, y a través de sus gritos de placer, Jinyoung definitivamente pudo escuchar que el agua salpicaba al suelo de loseta.

Y no le importó mientras presionaba su agujero en torno a la polla de Jaebeom, queriendo que él tuviera tanto placer como fuera posible. Se agarró a las orejas del hombre y lo jaló para un beso profundo y áspero.

Fue apenas un beso y más como un desordenado engranaje de bocas y lenguas.  La resbaladiza sensación de la lengua de Jaebeom lamiendo sus labios antes de morderlos fue lo que hizo que se viniera duro y rápido en el agua.

Quería estirar su mano y acariciarse a sí mismo para hacerlo durar más tiempo, pero pareció olvidarlo. O su mano no se pudo molestar en dejar de agarrar los brazos de Jaebeom. De cualquier modo, era bueno, y Jinyoung resolló y jadeó buscando aire cuando su hombre terminó encima de él, meciéndose adelante y atrás, hasta que no hubo nada más que pudiera dar.

Jaebeom jadeó sobre el hombro de Jinyoung. Definitivamente, ahora parecía haber menos agua en la tina que cuando comenzaron.

Entonces Jaebeom se echó hacia atrás para mirarlo. El alfa no dijo nada, y tampoco lo hizo Jinyoung, pero podía sentir la manera en que su compañero permanecía medio duro dentro de él, y en cuán rápido se encendía con toda su fuerza.

Jinyoung sonrió, y se inclinó para besar al hombre que amaba tanto. Iban a estar en esto por un rato, aún. Podrían conversar más tarde, después de acabar y dormir. 

El sexo era más importante en ese momento, y Jaebeom no discutió ni peleó con él cuándo metió su lengua en la boca del hombre para reclamarlo como suyo.

FIN



ALFA MONSTRUO [BNIOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora