El miedo que el ojiazul le había dicho que aplastara lo hizo retroceder y esconderse en la cafetería de la escuela solo, sentado en una de las mesas del rincón donde casi nadie fijaba su mirada. No tenía tantos ánimos de ver alguien y convivir, necesitaba esforzarse un poco más y averiguar el significado de todo esto. Tenía que encontrar a la persona él mismo, sin depender de nadie más.
Como había dicho, sentía temor de ir con Dallon, darle la noticia de que estaba estancado y ver en primera fila su dolorosa reacción. Realmente no quería defraudarlo. Y dado que O'Conell se había ido ya, no tenía caso ir con el vigilante de seguridad y buscar junto a él un auto que ya no estaba ahí. Estar solo en la cafetería era lo mejor que podía hacer, se dijo como consuelo.
Cuando revisó bien sus cosas, supo que no estaba del todo equivocado antes al asumir que Billie se había ido porque no quiso enfrentar las consecuencias de sus acciones; no sólo le hizo llegar la nota, sino que también se había metido con sus registros de investigación. Los rayones hechos con tinta azul eran muy evidentes, pero también eran misteriosos. Lo más curioso era que las letras marcadas eran las siguientes:
Washi Tape.
Billie Eilish.
Ocean Eyes.
Awsten Knight.
Ryan Seaman.
Así quedaba todo si hacía caso a la nota que mencionaba el orden cronológico, sobre quién fue antes y qué fue después en el proceso de investigación. No sólo eso le pareció raro, sino también un dato aparentemente insignificante que, si lo pensaba bien, sabía que no era algo al azar; el responsable siempre usó tinta negra en las notas, era el color característico de su desconocida caligrafía, pero ahora los círculos dibujados fueron realizados con tinta azul. Al leer esos nombres y esas otras palabras también cuadró en una coincidente cosa: esa lista nombraba las cosas que tenían azul. La cinta japonesa, el cabello de Billie como el de Awsten y Seaman.
El caso de los ojos oceánicos era un poco más delicado. Unos ojos así no debían ser exactamente azules o verdes, pero daba la casualidad de que el par de ojos que Brendon denominó como el título de la canción de O'Conell eran de hecho azules. Los ojos de Dallon eran azules. Y no fue hasta ese momento en que pensó que el tipo al que llamó aliado podía ser también un sospechoso. Si era así, tenía que analizarlo como a todos los demás, pero cuando lo intentó, alguien inesperadamente llegó a interrumpirlo.
Ese alguien se sentó frente a él y reconoció Brendon de quién se trataba al despegar su vista del cuaderno. Su amigo o compañero o lo que fuese, Patrick, estaba ante él con una mirada apenada. Hacía mucho tiempo que no veía una expresión así en el rubio chico.
–Hola, Bren –Saludó.
–Hola –Respondió. A decir verdad, no sabía cómo hablar, detalle realmente raro porque Brendon solía hablar sin parar con esa misma persona. Simplemente ahora sería un tanto extraño si comenzaba a parlotear como antes, pues sentía que se había perdido aquella vieja confianza.
Antes de decir alguna otra cosa, Patrick desvió sus ojos del pelinegro hacia las cosas que éste tenía en la mesa. Las herramientas de la investigación. Entonces fue Brendon quien se apenó un poco esta vez. Con su brazo, trató de ocultar los papeles y el cuaderno.
–¿Qué...? ¿Qué te trae por aquí? –Trató Urie de iniciar una conversación que no tuviese relación con su obsesivo caso de las notas.
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You'll never know a single thing about me •• Brallon
Fanfiction... until it's far too late. En el inicio del mes del amor, Brendon comenzó a recibir algunas notas sin firma, algo bastante intrigante para el estudiante de la escuela de idiomas, por lo que decidió salir de su aburrida rutina para encontrar a esa...