–Cobarde –Dijo cuando entró al cuarto.
Esos ojos oceánicos lo miraron desentendido, provocándole fruncir aún más su entrecejo. Esa indiferencia, la misma con la que había estado actuando todos estos días con él, era abrumadora a estas alturas. Realmente era fastidiosa esa sensación en el pecho que lo aprisionaba cada vez que se decía que no debía ser duro con el pobre oficial, pero que tampoco debía ser blando. Simplemente no sabía qué iba a reclamarle.
–¿Disculpa?
–Eres un cobarde –Repitió firme –Estaba tan preocupado por defraudarte, tuve miedo de venir a ti con las manos vacías y hacerte perder el orgullo en mí cuando tú, sin pendiente alguno, simplemente te escudabas detrás de la etiqueta de mi aliado. Te escondiste y fingiste no saber nada todo este tiempo. Y no sólo eso, sino que también mentiste con tu discurso del riesgo y esas cosas que ahora ya no me importan cuando en realidad eres un cobarde.
Hecho. Estaba reclamando por el misterio innecesario, soltando todas las quejas que tenía dentro sobre ese engaño realmente cruel. Acosarlo y pretender buscarse a sí mismo. ¿Qué sospechoso hacía eso? ¿Por qué lo hizo? ¿Cuál era el propósito real de toda esa locura? Brendon estaba carente de respuestas e iba a obtenerlas todas justo ahora.
–No puedes decir que soy un cobarde. Hice cosas que no debí hacer, me arriesgué demasiado al venir contigo y pretender ayudarte. Eso fue un acto de valentía, pero no puedes verlo porque estás impactado aún. Y eso me hace creer que –Dijo con una sonrisa asomándosele en el rostro –ya descifraste el código.
–«Weeks» –Contestó Brendon con el ceño aún arrugado –«Semanas». Si mal no recuerdo, tú eres el Señor Semanas, aunque todavía no sé por qué. ¿Vas a decírmelo o también quieres que lo investigue por mi cuenta?
–Puedes estar molesto, pero, por favor, no vuelvas a decir que yo soy el cobarde, ¿de acuerdo? –Pidió el mayor, dando pasos cuidadosos hacia el chico de cabello oscuro, mismo que trataba de retroceder del que denominaba mentiroso –Deja de verme como si realmente hubiera hecho algo malo.
–Me acosabas –Acusó indignado Urie –No sabes si soy mayor de edad o no y aún así te acercaste a mí. Eres policía, tú mismo deberías respetar el código de decencia.
–¿No te gustan los secretos? Bien. Te diré mi apellido: Weekes. Soy el oficial Weekes. Ahora tú sé sincero y dime tu edad –Solicitó el castaño.
–Diecinueve –Respondió el menor sin otra alternativa –Tengo diecinueve años.
–Oh.
–Eso no importa, no vine aquí para hablar de eso –Volvió a hablar rudo –Debemos hablar de las notas y su significado. ¿Qué pretendías decirme con todo eso? ¿Para qué querías que te encontrara?
Antes, el del tobillo roto se había mostrado seguro e victorioso con el tema de la valentía, pero ahora era un caso completamente diferente. Este otro lado de la moneda era nuevo para Brendon, algo que jamás había visto y que, al tenerlo frente a él, lo hizo maldecirse por ser tan duro con el castaño; Dallon había bajado la mirada y sus hombros cayeron también. Se le veía tímido y dudoso sobre el tema.
–¿Qué esperas que responda? –Inició –Te vi desde la ventana de la biblioteca un día y pensé que eras el chico más lindo que había visto por aquí. Quise acercarme a ti, pero no iba a ser prudente que un vigilante de estacionamiento se acercara a un estudiante y le pidiera salir alguna vez. Además, parecías ser un chico muy sumergido en su propio mundo, así que acudí a un método complicado para hacer que supieras de mí.
–Le pediste a Billie que me entregara las notas, ¿verdad?
–Sí. Hablé con Finneas y él me dijo que mi idea era buena, que a cualquier persona le gustaría buscar a su admirador secreto de esa forma. Su hermana estaba escuchando todo y también me apoyó, me dijo que ella podía ayudarme si yo lo necesitaba, así que le di esa tarea.
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You'll never know a single thing about me •• Brallon
Fanfic... until it's far too late. En el inicio del mes del amor, Brendon comenzó a recibir algunas notas sin firma, algo bastante intrigante para el estudiante de la escuela de idiomas, por lo que decidió salir de su aburrida rutina para encontrar a esa...