Cuando sintió la puerta abrirse los nervios la invadieron sus manos temblaban y no sabía qué hacer parecía una adolescente hasta que él estuvo bien cerca de ella.
—Hola preciosa.— Dios se iba a infartar si ese hombre lo veía todos los días porque justo ahora lo ve irresistible.
—Hola... Yo... ¿Tú qué te hiciste?.— esa pregunta salió a traición.
—¿Yo?, Nada...¿Qué ocurre, porque me miras así?.— pregunto extrañado.
—No..nada es que te ves diferente.— totalmente sonrojada, aparte de que él estaba en ese plan de conquista también estaba el hecho de que a ella se le antojaba comérselo a besos en este momento y eso no le ayudaba.
—Ah, es que fui a la peluquería voy una o dos veces al mes, ¿te gusta como quede?.— pregunta de manera coqueto acercandose un poco más a ella.
— Que... Quedaste muy bien.—apartando la mirada de su rostro.
—¿Y te gustaron las rosas que te mandé?.— la estaba provocando.
— Siii, yo.. este.. están hermosas gracias.— Que le pasaba estaba hecha puro nervios.
—No estás acostumbrada que te pretendan cierto.— indagando un poco más y se le ocurrió aprovecharse de eso.
— La verdad es que no, discúlpame si estoy pareciendo una tonta.— Mauricio sonrió.
— Bueno te diré que hacer cuando estás en esta situación.— Ella asintió.
— Tú llegas y te acercas a tu amado.— tomando sus manos y llevandolas a su cuello.— Lo rodeas por su cuello, sonríes y pestañeas así.—haciendo una dramatización exagerada.— Me encantaron las rosas pero más me encantas tú quedaste muy guapo.— ella tenía una enorme sonrisa y los ojos de mauricio se iluminaron.
—¿Y luego que debo hacer?.—Riendo.
— Esto.— uniendo sus labios con los de ella.
Mauricio nunca imaginó sentir en un beso todo lo que estaba sintiendo ahora, esa mujer se metió debajo de su piel, su aroma, su boca, sus labios, su pelo, su cuerpo, sus manos todo en ella le provocaban querer meterla en su habitación y no dejarla salir nunca, tener la oportunidad de amarla y adorarla como nunca antes lo había hecho con ninguna otra, su brujita lo había hechizado y ya no tenía más salida que entregarse a ella en cuerpo y alma por eso trabajaba en ello.
María Eugenia no quería separarse de él así que se aferra a su cuello y a sus labios pero ya le falta aire en los pulmones y no tuvo otra opción que romper el beso.
—Wow.... Mejor de lo que me lo imaginaba, besas delicioso y quiero que sepas que está boquita y esos labios solo serán besados por mí.— Ella frunció el ceño allí venía otra vez su machismo y posesión.
—¿Acoso los tuyos serán solo besas por mí?.— lo pullo a ver qué decía.
—Bueno si creo que sí.— esa no fue la respuesta que ella esperaba pero tampoco la que él habría querido dar pero lo agarro desprevenido.
—Claro el gran macho si puede ir besando a quien quiera, amando a una y estando con otra.— Mauricio la miró confundo para dónde se estaba yendo la conversación.
—Espera, espera... No sé para dónde quieres llevar la conversación pero no me gusta nada el rumbo que va tomando, hasta hace poco estábamos comiéndonos a besos y ahora pasando a punto triviales que no nos llevarán a ninguna parte.— dijo él exasperado.
—¿Triviales?, ¿Te parece triviales el hecho que me digas que tú si puedes besar a cuánto mujer se te cruce en el camino?.. pues a mí no me parece.—Dice totalmente molesta.
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No Eres La Única #04(Completa En Edición)
RomanceSamuel Campbell había decidido no volver amar, a lastimar antes de ser lastimado, un hombre que lo tiene todo para ser feliz pero una mala experiencia lo sumergio en el oscuro mundo del resentimiento, una mujer cambio su vida y él cambiara la vida...