Durante la noche mauricio se levantó para ver cómo estaban y era increíble verlas a las dos durmiendo abrazadas quizás nunca se lo planteo pero le hubiese gustado tener un hermano o una hermana que la amará como Maru ama y cuida a beatriz y viceversa porque ambas se cuidaban, allí una muestra de ese gran amor por otra parte su bebé dormía como un príncipe que bello era su hijo.
Acercándose para verlo mejor se dió cuenta que tenía los ojitos abierto y él sonrió llenándose su corazón de orgullo y de amor.
—¿Qué haces despierto mi príncipe? Ven con papá...con cuidado...eso es... Qué rico..¿No tienes sueño o te sientes solito? La tía Bea necesita a mami pero yo estoy para tí.— sentándose en la silla mecedora se dedica a observarlo y este se mete su mano en la boca.
— Sabes hijo eres muy tranquilo y aunque de igual manera te hubiese amado si fueses llorón o gritón me gustas así, todo un bebé grande buen portado.— lo dejo en sus piernas y tomo la mamila para dársela sin nisiquiera levantarse pues a María Eugenia le gustaba colocar todo cerca para mayor comodidad.
Allí estuvo con su hijo le dió de comer le hizo un cambio y este estaba ya cerrando sus lindo ojitos, mauricio hizo puchero ya no tenía un compañero de noche así que tendría que ir a dormir él también pero justo cuando se levantaba María Eugenia llegó a la habitación.
—¿Qué haces levantada mi brujita?.— ella se acurrucó en sus brazos.
— Es hora de su mamila.— Que rico era estar así en sus brazos.
—Ya se la di y le hice un cambio, estaba despierto cuando llegue y no lloraba solo veía el techo y se comía su mano.— los ojos de mauricio brillaban de orgullo.
—No es un niño llorón y tú eres un papá perfecto... gracias.— Inclinándose para darle un beso y el tomo esa invitación para devorar sus labios apretándola contra su cuerpo.
El ambiente se volvió a encender él rompió el beso pero mirando a su hijo para ver que estuviera bien la tomo de la mano y caminaron a su habitación y ella lo siguió sin dudar.
— Mau.. beatriz está en la otra habitación y si me necesita.—El la miró con ternura cerrando la puerta.
— El doctor me dijo que le había dado un calmante dormirá toda la noche... Brujita no aguanto te necesito.— acercándose a ella y mordiendo sus labios con pasión ella se dejó llevar y sin previo aviso sus ropas dejaron de existir .
Cuando la tuvo en su cama se detuvo a verla su mujer era hermosa tenía una figura expectacular que no se hacía notar tanto cuando llevaba ropa, su cintura lo volvía loco tenía todo puesto en su lugar.
—Eres hermosa y Eres mía solo mía.— llenando su cuerpo de besos ardiente queriendo borrar cualquier mal recuerdo.
Junto a su oído mordiendo su cuello y el lóbulo de la oreja le surtirá con voz ronca.
— Está vez borraré todos los malos recuerdos, esta vez será nuestra primera vez y conocerás las estrellas mi brujita hermosa.— ella gimió aferrandose a su espalda y levantado sus caderas le deja ver que ella está urgida.
— Dime que quieres.— él provocandola aún más.
—A tí por favor te necesito.— besándole el cuello para luego morder su hombro y el gimió de placer.
Con cuánto cuidado abre sus piernas para poder estar dentro de ella cosa que se moría por hacer, lentamente comienza su recorrido sintiéndola un poco tensa.
—Vamos amor relájate esta vez no dolerá esta vez será diferente solo disfruta.— y ella se entregó a él en cuerpo y alma.
Estuvieron mucho tiempo amándose antes de llegar a la cima cuando lo hicieron lo logrando lo dos juntos unidos de las manos sobres sus cabezas.
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No Eres La Única #04(Completa En Edición)
RomanceSamuel Campbell había decidido no volver amar, a lastimar antes de ser lastimado, un hombre que lo tiene todo para ser feliz pero una mala experiencia lo sumergio en el oscuro mundo del resentimiento, una mujer cambio su vida y él cambiara la vida...