Serena estaba de pie en el umbral de la puerta del cuarto de Seiya, y cinco pares de ojos la estaban viendo como si ella fuera extraterrestre, estaba segura de que todo había acabado, bueno tal vez fuera lo mejor, después de todo ella no pertenecía a ese lugar, ella no era nadie.
-Buenos días- dijo una voz detrás de ella,- no deberían estar todos aquí al mismo tiempo, cuando mucho dos a la vez- dijo el doctor.
-por favor...- rogó la señora de mediana edad que estaba tomando la mano de Seiya, - soy su madre, por favor...-
El doctor los miro con compasión, - solo por esta ocasión- y dio u suspiro- el señor Kou, sufrió un accidente en la calle, fue atropellado, motivo por el cual, tiene varias contusiones, y hematomas, tiene 3 costillas rotas y lo mas grave una contusión craneal, motivo por el cual lo tenemos en un coma inducido- mientras el doctor hablaba, se podía ver la conmoción que sus palabras causaban en los familiares de Seiya, y Serena salió lo mas sigilosamente que pudo de la habitación, para sentarse en el pasillo, no se podía marchar, pues su abrigo y cosas estaban en la habitación, tenía la esperanza de que cuando pasara el alboroto ella pudiera escabullirse y recoger sus cosas sin que nadie la viera, así que se levanto y camino lejos de la puerta pro el pasillo.
mientras Serena fingía que leía un cartel con instrucciones de lo que se debe o no hacer en caso de incendios o sismos, alguien choco con ella.
-disculpe señorita- le dijo el desconocido, el golpe fue tan fuerte y como ella estaba completamente desconsentiría, casi se cae de bruces en el frió piso de baldosas, pero unas grandes y fuertes manos lo evitaron.
Serena levanto la visto hacia su verdugo y salvador, era el hombre mas apuesto que hubiera visto en su vida, con gestos fuertes, una mirada penetrante, un azul acerado que irradiaba poder y seguridad, de cabello oscuro como la noche estrellada, pómulos prominentes, y labios fuertes, acompañados de una nariz firme y ligeramente torcida a la derecha, era evidente que había sido rota en alguna pelea, pues la complexión de su verdugo y héroe era como de un roble, era un hombre mucho mas alto que ella, pero mucho, juzgado por el hecho de que ella apenas le llegaba a la barbilla, y Serena sabia que era alta.
la gran y fuerte mano del desconocido casi le cubría el total de la circunferencia de su cintura y con la otra la tenia tomada del brazo.
-lo lamento- dijo el extraño con una potente voz de trueno que rompía el cielo- ¿se encuentra bien?-
-si- logro decir Serena sin saber como habían salido de su boca esas palabras.
-parece un poco desorientada- dijo el extraño.
Eso fue suficiente para que su cerebro se recupere casi por completo, se acomodo la ropa y se separo del desconocido, - estoy bien gracias-
-lamento atropellarla como lo hice - se disculpo y paso la vista por ella, Serena se sintió un poco incomoda mientras el extraño la examinaba de arriba a abajo, y por un segundo le pareció que él se detuvo un poco mas de la cuenta en sus pechos, ella se aclaro la garganta.
-no se preocupe, todos podemos tener malos días- y le regalo una sonrisa, estaba segura de que pro las prisas y lo despeinado que se veía el desconocido, y el mero hecho de estar en un hospital significaba que debía de tener mucha prisa por llegar con algún pariente enfermo.
-señorita Tsukino, que bueno que la encontré, necesito que me firme unos formularios- le dijo la enfermera que ahora sabia se llamaba Molly.
-Claro - contesto ella y se giró para seguirla, olvidando o mas bien tratando de olvidar al desconocido, "su verdugo héroe", pensó.
-Hijo, que bueno que llegaste, ¿por que tardaste tanto?- pregunto la señora Kou, Darien tenia miedo, su madre le había hablado avisándole del accidente, y el estaba muy lejos del centro de la cuidad.

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MIENTRAS DORMÍAS
FanfictionSerena esta enamorada de Seiya Chiva un ejecutivo muy elegante, pero tras sufrir este un accidente, todo se complica, ahora Serena se tiene que hacer pasar por su prometida, incluso con la familia de él, el problema es que ella se enamora del herman...