Capitulo 8

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Darien parecía león enjaulado en la habitación de Seiya, -¿como es que es tu prometida?- le pregunto a su dormido hermano, al tiempo que se sentaba y se rascaba la cabeza, se estaba volviendo loco.

Nada tenía sentido, Serena era dulce, tierna, divertida, claro que Seiya se había enamorado de ella, pero aun no se habían acostado, al menos eso había ducho ella, pero, ¿podría creerle?, después de todo que sabía de ella, que le gustaban las películas antiguas, que casi no usaba maquillaje, y lucia una piel delicada por naturaleza, no como las barbies de silicona con las que salia Seiya, que perdió a sus padres, y estaba sola, que quería conocer París, y que deseaba a alguien que hiciera que todos los días fueran como navidad, de nuevo vio a su hermano dormido.

-dime bello durmiente, ¿que hiciste para que te diera el SI- se pregunto con un poco de amargura, "NO", se reprendió, ella escondía algo, lo podía sentir, lo veía en sus ojos, había culpa en su mirada, ella no era sincera, algo ocultaba, él estaba seguro de ello y tenia que descubrir que era, como que se llamaba Darien Ricardo Chiva.

-hola hijo- dijo el señor Armando al entrar al cuarto del hospital.

-hola padre- dijo tras un suspiro de frustración y cansancio, su padre llego hasta donde él estaba y le dio unas palmadas en su hombro, - parece un niño, ¿verdad?- Darien asintió.

-nunca te hemos agradecido por cuidar de él, te quedaste aquí con él cuando me cambiaron la plaza por la de Seattel, fue muy importante para mí, para nosotros- se corrigio

Darien puso la mano sobre la de su padre que aun seguía sobre su hombro, - no tienes que agradecer, ademas no fue un sacrificio, después de todo es mi hermano-

-y siempre te hemos hecho responsable de él,- dijo con una risa amarga- si, no lo niegues, lo se, no fuimos justos, pero de verdad te lo agradezco- dijo su padre viéndolo a los ojos.

-¿como esta mamá?- pregunto Darien cuando sintió escocer le los ojos, así que parpadeo y cambió el tema de conversación.

-esta muy contenta- dijo con una nueva mirada llena de ilusión, - tu madre y hasta mi madre aman a Serena, es una verdadera luz, y el saber que Seiya cuenta con ella nos lleno el corazón de esperanza-.

El estomago de Darien se contrajo, por algún motivo que no supo descifrar se sintió mal, con ganas de vomitar, sintió algo parecido a la culpa, - si- dijo con la garganta mas seca de lo que se pudo imaginar.

-ella es como un sol, ¿verdad?- dijo el señor Armando sin apartar la mirada de Seiya.

-eso parece- dijo con lo dientes apretados.

-¿por que te molesta tanto hijo?- le pregunto al cabo de unos minutos.

-no me cae mal- repuso Darien, y su padre emitió una especie de gemido de frustración he incredulidad.

-gracias a esa chica tanto tu madre como yo sentimos que por fin conocemos a nuestro hijo, ademas si vieras como habla de él, me hace recobrar las esperanzas en Seiya, tu sabes que se había dedicado al libertinaje, a lo material, por un momento llegue a pensar que había perdido todos los valor que le inculcamos tu madre y yo...- hizo una pausa, y le acaricio la frente a Seiya, - pero ahora aun que este mal de mi parte decirlo, gracias al accidente, conocimos a Serena y ella nos devolvió a mi hijo, - se giro y vio a Darien a los ojos, - Serena nos devolvió a tu hermano-

Darien trago saliva, nunca había sentido celos de Seiya, al contrario, pero el escuchar a su padre no pudo evitar la sensación de celos crecer en su vientre y subir por su pecho y no precisamente por sus padres.

-ella es encantadora- continuo su padre, - si vieras todo lo que hizo durante la cena, nos soporto a todos, y se rió con nosotros de todo, es tan dulce, y tiene un sonrisa que irradia amor, también nos contó de el amor de Seiya por la fotografía, nunca me imagine que tu hermano se interesara por esas cosas...-

MIENTRAS DORMÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora