Capitulo 22

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Serena se sentía sumamente cansada, había sido uno de los dias mas largos de su vida, solo después de la muerte de sus padres, así que se sentó junto a la cama de Seiya y le sostuvo la mano, pero antes de que se diera cuenta se quedó dormida.

-¡¡BOMBOM!!- Serena escucho entre sueños y rápidamente se despertó, Seiya seguía con los ojos cerrados, pero sus labios susurraban la palabra.

-tranquilo, aquí estoy- le dijo con el rostro tan cerca del oído que su aliento se volvió una caricia.

Seiya pudo sentir el calor del Aliento de la persona que lo llamaba, era dulce, y un poco a menta, "tranquilo", le dijo y su corazón efectivamente se tranquilizo.

Seiya respiro profundo y recordó cuando tenía debajo de él el cálido y delgado cuerpo de Kakioo, era hermosa en todos los aspectos, su piel rosada, y sus labios carnosos, su cabello largo y sedoso, y esos enormes y expresivos ojos, solo sus ojos eran dignos de erigirle un monumento.

-te amo- le había dicho ella entre gemidos, y él la había besado para tragárselos, por que le pertenecían, sus gemidos eran solo suyos, su excitación era solo suya y sus orgasmos eran lo mas preciado para él.

Seiya hizo un mayor esfuerzo y abrió los ojos, era semi-cociente de los ruidos a su alrededor, y sabía que ya había intentado abrir sus ojos antes, pero no había logrado mas que ver una neblina, algo como ver una ventana atravez de una gruesa cortina, pero en esta ocasión si logro enforcar el rostro que tenía a escasos centímetros.

"no era Kakioo", esa certeza lo destrozo, pudiera que no fuera capaz de hablar o moverse, pero si era capaz de pensar o al menos cada vez con mas coherencia.

no estaba seguro de quien era, pero no era Kakioo, sin embargo algo en ella le pareció familiar, y reconfortante al mismo tiempo.

-Hola Bombom- le dijo la mujer que tenía casi encima de él, con el rosto muy cerca, Seiya era capaz de percibir su dulce aliento, y de ver las betas doradas en sus hermosos ojos azules, al igual que las pequeñas pecas canela en su nariz.

-me alegra que despertaras- le dijo muy despacio la hermosa mujer, algo en ella le recordó a Kakioo, a pesar de que no eran iguales, Kakioo era de cabello rojo y ajos marrón intenso, pero algo en su mirada lo atrapo, su mirada era dulce, tierna, casi melancólica, casi podría jurar que había llorado, "esa mirada la conozco", pensó, pero no lograba recordar de donde.

-me atusaste mucho- le dijo la mujer y se separo un poco de él, los ojos de Seiya ya no pudieron enfocarla, pues tenía de espaldas la luz del techo.

Trato de decir algo, pero su garganta estaba tan ceca que no pudo, y en su lugar solo salio algo parecido a un gruñido ronco.

-no te esfuerces, todo a su tiempo, yo me quedare aquí, todo esta bien, no te dejare-

Esas palabras tuvieron un efecto calmante en su alma, pues casi de impedimento se sumergió de nuevo en la oscuridad y de pronto ya nada.

Serena se sintió feliz, "Seiya había abierto los ojos y la había reconocido, incluso trato de hablar con ella", eso definitivamente era una muy buena señal.

-hola linda- le dijo el tío Mamoru al entrar a la habitación, Serena se había quedado dormida de nuevo.

-lo siento me quedé dormida- le dijo al tiempo que salto de la silla y se alisó la ropa y acomodo el cabello

El tio Mamoru se rió, - no es necesario que te disculpes, es normal que duermas de vez en cuando, si no lo hicieras creería que eres alienígena-

Serena se rió, - que grosero soy- soy dijo el tio Mamoru cuando vio la cara de curiosidad de Serena al ver a la mujer que estaba parada junto a él.

MIENTRAS DORMÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora