Me llamo Cesar.

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Una vez que llegué, me entregaron un sobre en el cual solo decía "Para Amelia" definitivamente aquello me llamó mucho la atención ya que nadie sabía mi nombre.

Con ansiedad lo agarré y sin abrirlo todavía, volví a mi cuarto y me senté en la punta de la cama.

Miré la carta mientras la daba vuelta para ver si había algo más, me preocupaba lo que podría haber allí adentro. 

Tomando valor, la abrí y retiré dos hojas, una de ella estaba escrita y la otra era un retrato mío sentada en la cafetería.

"Querida Amelia:

                                   Sé que no nos conocemos por lo que me tomé el atrevimiento de escribirte, para empezar mi nombre es Cesar, tengo dieciocho años y a pesar de nuestras edades, me gustaste desde que te vi en la cafetería.
                                   Eres una chica tímida pero con una fuerza interior maravillosa (a pesar de que tal vez no me creas) la cual me atrajo hacia ti, me gustaría saber que es lo que más te gusta de la vida. Por ejemplo, yo amo el arte, siento que es una maravillosa forma de expresarse sobre todo me gusta tocar el piano y leer.
                                  Me preguntaras si tengo familia, la verdad no, hace dos años mis padres murieron en un accidente de auto dejándonos a mi hermano Máximo y a mi solos. Traté de hablar con nuestros abuelos pero por alguna razón que no puedo comprender, nos dijeron que no les interesábamos y a partir de allí, decidí no prestarles más atención. Mi hermanito de 10 años me necesitaba más que ellos.
                                 Como vez, mi vida a sido igual de difícil que la tuya pero te prometo que ya no estarás sola.
                                 El otro día cuando fuiste a la cafetería te observé mientras sonreías y fue como ver a un ángel, tan hermosa e inocente. Seguro ya habrás visto el dibujo que realice de ti y espero que realmente te guste y desearía que me escribieras para saber cómo estas.

                                                                                                                                      Con cariño, Cesar"

Agarré el dibujo que permanecía en mi regazo y lo observé, era muy hermoso, podías notar cada detalle que en él había.
Era un chico muy raro, quién le escribiría una carta a una chica que apenas conoció, además era como si estuviera apurado en escribir de todo.

Me recosté en mi cama hasta que instantes después alguien llamó a la puerta. Con pereza me levanté para saber quién era y qué necesitaba.

Cuando la abrí, todo mi mundo cambió de rumbo.

— ¿Te gustaría vivir conmigo? — fue lo que salió de su dulce boca.

— Pero... Pero... — no sabía que contestarle. — Es una locura, no... No nos conocemos.

Para mi sorpresa, él simplemente, comenzó a reírse.

— No tengas miedo — su rostro me transmitía mucha tranquilidad. — Ven, vamos a tomar aire.

— Lo siento, no puedo — en el orfanato teníamos ciertas reglas que obedecer sino siempre había consecuencias.

— No te preocupes, hablaré con las supervisoras y saldremos.

— Pero... — antes de que continuara, él se marchó dejándome con la boca abierta. De inmediato volví a entrar a mi cuarto y comencé a arreglarme, si iba a salir prefería que fuera de forma decente.

¡Deseo Tu Corazón!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora