Capítulo 12

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Capítulo 12

Mi cuerpo convulsionó incontroladamente mientras oleadas de dolor me sacudían. A lo lejos, podía oír voces llenas de pánico, e intentaba procesar lo que decían. Nada tenía sentido, pero en medio de todo, sentía la agonía del corte del strunz.

Unas fuertes manos agarraron mis brazos y la angustia se disparó. Mi boca se abrió y un grito ronco se me escapó. De repente, estaba levantado, mi cara apretada contra algo sólido y cálido. Reconocí el fresco aroma.

Entonces estábamos volando.

Teníamos que estar volando, porque nos estábamos moviendo tan rápido que el viento silbaba y rugía en mis oídos. Mis ojos estaban abiertos, pero todo estaba oscuro y mi piel se sentía como si hubiese sido despellejada con pequeñas navajas.

Cuando reducimos la velocidad me pareció oír un grito de sorpresa de Sai y entonces alguien dijo algo más que no entendí. Íbamos a volar otra vez y ni siquiera sabía dónde estaba Itachi o si habían llegado a él, al otro lado de la puerta.

Todo lo que sabía era el dolor que bombeaba a través de mi cuerpo, las carreras de mi pulso y mi estruendoso corazón. Parecía que habían pasado horas antes de que se detuviera de nuevo, pero sabía que esto duraría solo unos minutos. El aire húmedo y frio que olía como a almizcle sopló sobre nosotros.

—Agárrate de mí —La voz de Sasuke sonaba áspera en mis oídos—. Vas a sentir frío, pero el strunz está sobre tu ropa y tu pelo. Solo aguanta, dobe ¿de acuerdo?

No podía responder, y pensé, que si todo esto estaba sobre mí, tenía que estar sobre Sasuke también. Habría estado sobre él todo el camino de Jinchuriki hasta el río, que estaba a kilómetros. Estaría sufriendo.

El azabache dio un paso hacia delante, se deslizó hacia abajo unos metros y luego dejo escapar una maldición entre sus dientes. Un momento después, el contacto con el agua fría golpeo mis piernas, e incluso a través del dolor, intenté trepar por el cuerpo de Sasuke para escapar, pero continuaba empujándome más y el frío me rodeaba hasta mi cintura.

—Aguanta, kitsune —dijo de nuevo—. Solo aguanta por mí.

Después nos hundimos y mi respiración fue robada de nuevo.

Sacudiendo mi cabeza con fuerza, los sedimentos se mezclaron en el agua sucia y mi cabello flotaba alrededor de mi cara, cegándome. Pero el fuego del strunz... se estaba desvaneciendo.

Unos brazos se apretaron a mí alrededor, y luego nos impulsamos hacia arriba. Mi cabeza salió a la superficie en busca de una bocanada de aire. Las estrellas daban vueltas y estaban borrosas, y Sasuke nos sacó fuera del agua hasta la orilla.

El agua salpicaba a unos metros de distancia y mi visión se aclaró, Pain y Sasori arrastraban fuera del agua igual a Itachi hacia la orilla. Pain se sentó junto a él, metiendo sus manos entre su pelo empapado.

Mi corazón cayó. ¿Era él...?

Itachi pasó un brazo por encima de su rostro mientras inclinaba su pierna. —Mierda.

El alivio hizo que mis rodillas se debilitaran. Sentí las manos de Sasuke sobre mis mejillas y luego volvió mi cara hacia la suya. Brillantes ojos negros se encontraron con los míos.

—¿Estás bien? —preguntó—. Di algo Kitsune. Por favor.

Forcé a mis fríos labios para que se movieran. —Sasuke...

Sus cejas se movieron hacia abajo mientras negaba confundido con la cabeza y luego le roseé el cuello con mis brazos, apretándolo con tanta fuerza que chilló.

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