Capítulo 16

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Capítulo 16

Nos miramos el uno al otro como dos estúpidos, y luego entramos en acción. Tomando la piedra que era un poco más grande que una moneda, bajamos las escaleras. Nuestros corazones recuperándose a su ritmo.

Le entregué la piedra. —Intenta algo, como esa cosa de reflexión, dattebayou.

Sasuke, quien probablemente había estado añorando un pedazo de ópalo desde que se enteró de lo que podía hacer, no se negó. Envolvió su mano a su alrededor, la concentración apretando la línea de su boca. Al principio no pasó nada, y entonces un débil resplandor rodeó el contorno de su cuerpo. Como cuando Sai se emocionó y su brazo centelleó y se desvaneció, pero entonces el brillo se extendió por todo su cuerpo, él desapareció.

Desapareció por completo.

—¿Teme? —Una suave risa vino desde la proximidad del sofá. Entrecerré los ojos. —No te puedo ver, de veras.

—¿En absoluto?

Negué con la cabeza. Extraño. Él estaba aquí, pero no podía verlo. Retrocediendo, me obligué a concentrarme en el sofá. Entonces me di cuenta de la diferencia. En frente del cojín del medio y detrás de la mesa de café, el espacio era distorsionado. Más o menos ondulado, como ver agua a través de un vaso, y supe que tenía que estar de pie ahí, mezclándose como un camaleón.

—Oh por Kami, eres completamente como Depredador, ttebayou.

Hubo una pausa y entonces—: Esto es tan genial, dobe —Momentos después reapareció, sonriendo como un niño que acaba de recibir su primer videojuego —.Demonios, algún día me voy a escabullir en tu baño como el hombre invisible.

Puse los ojos en blanco. —Entrégame el ópalo, bastardo pervertido.

Riendo, lo entregó. La piedra estaba a temperatura corporal, lo cual pensé era raro. —¿Quieres escuchar algo más loco que yo siendo completamente invisible, dobe? A duras penas me quito energía. Me siento bien.

—¡Vaya! —Le di vuelta a la piedra—. Tenemos que probar esto, ttebayou.

Tomando la piedra, Sasuke y yo nos dirigimos al lago. Teníamos unos quince minutos antes de que alguien más se apareciera.

—Inténtalo —dijo él.

Sosteniendo el ópalo en mi mano, no estaba seguro de qué intentar. Lo más difícil y lo que tomó más fuerza era usar la Fuente como arma. Así que decidí irme con eso. Me concentré en el asalto que sentí y esta vez se sintió diferente... potente y consumidor. Aprovecharla se hizo más rápido, más fácil, y en segundos, una bola de azul y blancuzca apareció por encima de mi mano libre.

—Genial —dije sonriendo—. Esto es... diferente, dattebayou.

Sasuke asintió. —¿Te sientes cansado o algo?

—No, de veras. —Y esto normalmente me secaba con una rapidez bastante increíble, así que el ópalo realmente tuvo un impacto. Entonces tuve una idea. Dejando que la Fuente se esfumara, busqué en la tierra y encontré una pequeña rama.

Llevándola a la orilla del lago, apreté el ópalo en una mano. —Nunca pude hacer la cosa de calentar-hasta-el-fuego, ttebayou. Me quemé los dedos bastante mal la última vez que lo intenté, ¡en serio!

—¿Deberías estar intentándolo ahora, entonces?

Ah, buen punto. —Pero estás aquí para sanarme, de veras.

Sasuke frunció el ceño. —La peor lógica del mundo, Kitsune.

Sonreí mientras me concentraba en la rama. La Fuente se encendió nuevamente, viajando a lo largo del delgado y torcido cuerpo de la rama, encerrándola. Un segundo después, el palo colapsó en una réplica de cenizas, la rama se vino abajo.

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