Capítulo 2: No me importa

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Sus ojos aún se sentían pesados y a pesar de haber dormido desde la tarde del día de ayer sentía que su cuerpo no contaba con la energía necesaria para levantarse. Quitó las sábanas al momento que soltaba un sonoro suspiro.

—Hinamori — llamó a su compañera de piso, pero no obtuvo respuesta —. Hinamori— elevó su voz un poco más que la vez anterior, pero el resultado fue el mismo. Bufando tomó las fuerzas necesarias para levantarse.

—Rayos— gritó al notar que faltaban menos de veinticinco minutos para su primera clase —¡Hinamori es tarde!— gritó el nombre de su compañera antes de salir disparada en la búsqueda de esta.

Le tomó unos pocos segundos recorrer toda la habitación y percatarse de que su compañera ya se había ido.

—¡Diablos!— gruñó.

Salió disparada a la ducha, no podía llegar tarde, no otra vez, el maestro le había advertido que llegar tarde una vez más le traería graves consecuencias.

Tomó un baño a una velocidad fenomenal y de igual manera colocó su ropa en su lugar, y aun con el cabello húmedo por la ducha salió disparada de su habitación suplicando llegar a tiempo. Corrió por los pasillos a la máxima velocidad permitida por sus piernas y después de correr sin parar por casi seis minutos por todo el campus, con la respiración agitada y el corazón a mil por segundo al fin pudo divisar la puerta del aula de clases, jamás se había sentido más feliz, llegaría a tiempo.

—Tarde otra vez Rukia. — el propietario de la molesta voz se paró frente a ella haciendo que frenara de golpe y frunciera el ceño.

Aquí era donde su plan entraba en acción, ¿Cuál era el plan? Simple, lo ignoraría, sin importar lo que le dijera o hiciera ella simularía no notarle. Coloco su rostro neutro y simplemente dio un paso a la derecha para pasar a un lado de Kurosaki y seguir su camino.

—He enana, te estoy hablando. — el joven velozmente se volvió a colocar frente a la chica.

Y por primera vez en cuatro años Rukia contuvo su ira y no pronuncio nada en contra del joven, simplemente dio un paso esta vez hacia la izquierda y camino un par de pasos hacia adelante.

—¿Qué te ha comido la lengua ese patético conejo chapi? — Ichigo sostuvo el brazo de Rukia evitando que avanzara.

La chica no emitió ni una sola palabra ni sonido, solo se mantuvo quieta con la mirada fija en el suelo, sin forcejar en contra del agarre de Ichigo.

—Sigues sin decir nada ¿tanto te afecta que insulte a ese tonto conejo?— Ichigo rió —. Parece que no solo tienes la estatura de una niña, si no que eres igual de infantil.

Ichigo reía sin parar a causa de su propio "chiste", pero su risa se vio cortada por un fuerte dolor en su estómago seguido de un tirón en el cuello de su camisa.

—Escuchame bien pedazo de idiota— Rukia le tomaba del cuello jalando su rostro hacia el de ella —, porque serán las últimas palabras que te dirija— el cuerpo de Ichigo parecía no reaccionar, la acción de ella le había tomado por sorpresa —.Uno, no vuelvas a hablar mal de Chapí y dos no me vuelvas a dirigir la palabra, porque no te contestaré. — y dicho esto empujó al chico alejándolo de ella.

El joven de cabellos naranjas se quedó pasmado ante la repentina acción de la chica y observó atento como ella seguía su camino en dirección a su aula.

—Haces esto cada vez más divertido para mí, enana. — susurró para sí Ichigo con una sonrisa de malicia en su rostro.

***

—Enana ¿seguirás ignorándome?— Ichigo susurraba tras del oído de la joven de cabello negro para no ser escuchado por el profesor el cual ya estaba bastante molesto por con ambos por haber llegado tarde, nuevamente —, Vamos Rukia, sabes que no puedes vivir sin mí — El aliento del chico le hacía cosquillas en la oreja —, No puedes ignorar a alguien quien como yo, sabes que no puedes dejar de pensar en mí. — canturreó en su oído.

—¿Tienen algo que compartir con la clase?— el profesor les llamó la atención después de mucho soportar el ver a Kurosaki susurrando lo que el suponía era algún chisme en el oído de su compañera.

—No profesor. — Rukia contesto inmediatamente y obviamente molesta.

—Entonces deberían comenzar a prestar atención, ejercicios como estos vendaran en el trabajo final, que si no lo recuerda Kuchiki, tiene el valor del ochenta por ciento de la calificación.

—Lo siento, no volverá a pasar.— se disculpó Rukia en nombre de ambos puesto que Ichigo se mantenía inexpresivo observando la situación.

—Parece que por poco nos metemos en problemas— Ichigo volvió a susurrar —. Esta clase es tan aburrida, no sé cómo soportas fingir que prestas atención a las Matemáticas — el joven seguía hablando a su oído —. Vamos deja de ignórame, ¿No te vasta con rechazar mis citas?- rió por lo bajo —. Eres cruel.

—Kurosaki, por favor basta— Rukia desesperada le contesto igualmente en susurro.

—Sabía que me hablarías tarde o temprano nuevamente, admítelo no puedes vivir sin...

—¡Es suficiente, ambos, fuera de mi clase!— un sonoro grito del maestro interrumpió las palabras de Ichigo.

—Pero, profesor, yo no estaba hablando con él.— Rukia se defendió.

—¿Y por qué la vi volteando hacia atrás? — el profesor se cruzó de brazos expectante.

—Yo le dije que parara, no lo soporto, es molesto y quería que dejara de hablar— el chico de cabello naranja frunció el ceño ante el comentario.

—¿Ah sí enana? Pues tú tampoco eres una dulzura exactamente y tu voz no es la más hermosa del universo— Ichigo contraatacó.

—Cállate ya Kurosaki, todo esto es tu culpa— le señaló molesta con el dedo.

—¿Mi culpa? Yo no estaba de indignado contigo sin querer hablar.

—Eres un idiota, no te soporto.— de un momento a otro esto se había convertido en una discusión pública la cual todos los alumnos del aula disfrutaban, incluso los que se hallaban dormidos habían despertado por causa de los gritos.

—¿Ah sí? Pues yo a ti menos— le saco la lengua.

—¡Es suficiente!— el profesor se colocó en medio de ambos —. Si no se soportan tanto creo que el castigo perfecto es ponerlos a trabajar en equipo, harán juntos el trabajo final, que son más de doscientos ejercicios.

—No, por favor, profesor no me haga esto— Rukia rogaba —, Kurosaki es un haragán, idiota y desconsiderado, no puedo arriesgar mi calificación por el. — Ichigo le fulmino con la mirada.

—Debieron pensarlo antes de llegar tarde a mi clase, platicar y discutir sonoramente. — el profesor enumero con sus dedos y entrego un paquete de más de cien hojas a los chicos, sí, era el trabajo final.

***

—¿Funcionó tu plan? — Hinamori cuestión a su compañera de cuarto en cuanto la vio entrar.

—para nada. — Rukia se tiró en la cama boca abajo.

—¿Tan mal te ha ido? —Momo seguía con su preguntas, pero sin despagar su vista de los ejercicios que tenía sobre la mesa.

—Mal se queda corto, tenemos que trabajar juntos en el trabajo final.

—¡¿Hablas en serio, Rukia Kuchiki e Ichigo Kurosaki trabajando juntos?! — momo le volteó a ver incrédula.

—No digas nuestros nombres en una misma oración, iug.— Rukia arrugo la nariz con asco.

—Te dije que tu plan no servía. — canturreó.

—Tengo otra idea.

—¿Dejaras de lado tus absurdos planes y me harás caso al fin? — Momo le veía divertida.

—No, es hora del plan B.

Dear, I hate youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora