Capítulo 21: Dos jugadores más se han unido a la partida.

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Habían pasado poco más de 20 minutos desde que la perfecta les había arrastrado hasta la oficina del director, amenazandoles al momento que repetía una y otra vez que habían cometido unos de los peores delitos posibles y recibirían un castigo a la medida.

Rukia observaba con miedo las manecillas del reloj colocado frente a ellos, se removió con incomodidad en aquel horrible sofá que se encontraba frente a la puerta cerrada del despacho del director. Por su mente habían pasado cientos de ideas, desde cómo podía escapar o inventar una excusa, incluso había pensado en la posibilidad de una expulsión, su estómago se removió con sólo la idea pasar por su cabeza.

—Oye— la voz de Ichigo se hizo presente —, todo estará bien— sonrió tratando de contagiar su despreocupación a la chica.

Kuchiki se limitó a tomar aire preparándose para responder, pero antes de que las palabras pudiesen siquiera ser formuladas en su cabeza el sonoro rechinar de la puerta frente a ellos se hizo presente.

—El director los espera— dijo la perfecta con una enorme sonrisa en sus labios.

Los chicos no respondieron, se limitaron entrar al despacho en silencio. Rukia mantenía sus dedos entrelazados mientras mantenía su mente temiendo por su futuro.

—Hh, Kurosaki y Kuchiki— le saludó el viejo director Yamamoto. —. No se queden ahí, por favor, tomen asiento— les invito al ver que ambos jóvenes se habían quedado detenidos en el umbral de la puerta.

Rukia se inclinó temerosa antes de tomar asiento frente al enorme escritorio de madera.

—Según parece los han atrapado en medio de un escape nocturno— el viejo afirmó ojeando unos papeles sobre su escritorio – Saben que eso está prohibido ¿Cierto? — preguntó el hombre riendo, y antes de dejarles responder ya se encontraba hablando nuevamente —, pero cuénteme ¿Cómo lo hicieron? No, mejor, ¿Cómo se les ocurrió hacer algo así? — cuestionó como si se tratase de un niño emocionado por una historia fantástica.

Rukia veía sorprendida al director Yamamoto y luego posaba su mirada en Ichigo, ambos hombres sonrían mutuamente como si sostuviesen con la mirada una amena conversación.

—En realidad fue mi idea, viejo— Ichigo respondió despreocupado —, creí que ya sabías lo difícil que era para mí mantenerme dentro de estos muros— finalizó sonriendo.

—Sigues tan inquieto como siempre— dijo el hombre mayor con unas risas saliendo entre sus labios —. Sé que es tu naturaleza y créeme que quisiera pasarlo por alto, pero esta vez fue demasiado.

—Vamos, Yamamoto, incluso tú sabes lo divertido que fue— Ichigo hablaba con el hombre mayor con tal naturalidad que parecían ser amigos de la infancia.

—Lo sé, lo sé— aceptó con una risa en sus labios —. Pero con este ya serían casi 50 incidentes sin recibir una sanción no quiero que los demás crean que soy demasiado blando contigo— finalizó colocando sus manos bajo su mentón en una a una alegre expresión.

—Pero...

—Será algo simple— el hombre interrumpió antes de que el chico pudiera rechistar —, sólo deberás darle la bienvenida a un nuevo estudiante.

—Oh no, no no, todo menos estar con los novatos— Ichigo colocó una mano sobre su rostro.

—En realidad no son novatos del todo, es una nueva estudiante que se integra a la escuela, solo una, recién transferida de Tokio, y si no me equivoco es de su edad — dijo viendo sobre sus anteojos a los jóvenes —. Y en cuanto usted— ojeó nuevamente los papeles en su escritorio— ... señorita Kuchiki, estudiante promedio, calificaciones perfectas, sin incidentes. Creo que lo más correcto para usted sería— hizo una pequeña pausa haciendo que Rukia se pusiera nerviosa nuevamente —, creo que lo correcto es dejarla ir con una advertencia— finalizó el nombre con una amplia sonrisa sobre sus labios.

Dear, I hate youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora