Capítulo 14: Yo no bailo

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El molesto sonido que resonaba en por toda la habitación se mantuvo por algunos segundos.

–¡Rukia! – un grito proveniente de la parte baja de la casa resonó despertando a la chica a la cual llamaban su nombre –¡¿Quieres contestar ese maldito teléfono?!

La mencionada se levantó con torpeza de la cama y con los ojos aun cerrados palpó sobre su cama siguiendo el sonido proveniente del pequeño aparato.

–Diga– habló con voz nazal, aun mas dormida que despierta.

–¿Estabas durmiendo? – la masculina voz le cuestionó incrédula al otro lado de línea.

–Sí ¿y? – preguntó incorporándose poco a poco.

–Rukia son más de las dos de la tarde– Ichigo le reclamó

–Yo duermo hasta las...– detuvo sus palabras – en primer lugar, eso no es asunto tuyo y en segundo lugar ¿Cómo demonios conseguiste mi número telefónico?

–Sin preguntas, estoy afuera de tu casa sal, ahora– la llamada se cortó dejando a una más que confundida Rukia.

La joven se levantó de la cama y corrió hacia la ventana y observó incrédula que efectivamente, Ichigo se encontraba ahí, parado frente a la puerta, recargado sobre su coche, con los brazos cruzados sobre su pecho.

–¿Qué rayos haces aquí? – preguntó para sí misma frunciendo el ceño.

–¿Qué estás viendo? – Hisana corrió las cortinas lo suficiente como para que Ichigo notara el movimiento en la ventana.

–¡Madre! – Rukia se quejó tomando las cortinas y cerrándolas de golpe.

–Oh, es Ichigo– le codeó – ¿Qué hace aquí?

–Ha venido por mi– se quejó.

–¿Ha venido por ti? – Rukia asintió –. Y tú sigues aquí en pijamas anda, sube y quítate eso– Hisana le empujó hacia las escaleras.

–Madre, espera, yo...

–Ya lo he dicho, anda.

Resignada, la chica subió las escaleras en dirección hacia su habitación y tomó el primer par de jeans, así como la primer camiseta que se apareció en su closet, las coloco en su lugar y se miró al espejo, le daba igual que la combinación no pareciese la más indicada, lo que realmente le alarmaba era su expresión cansada y semidormida, acompañada de su extraño "peinado", le hacía parecer como una loca, y estaba segura de que lo parecería más si decidía salir así a la calle. Observó la puerta del baño y pensó durante un par de segundos, lo decidió, tomaría una ducha, le daba completamente igual hacer esperar a tonto de Ichigo, después de todo él se lo había gano por par arecer sin avisar.

Poco más de media hora después una Rukia limpia, despierta y reluciente Rukia se preparaba para bajar las escaleras, con la esperanza de que el molesto chico que esperaba por ella se hubiese hartado y decidido marchar.

–Madre, me voy– anunció al momento que bajaba las escaleras –¿Madre? – preguntó dudosa escuchando unas leves risas al fondo.

Caminó por la casa siguiendo las risas ahora transformadas en nítidas voces hasta a cocina, donde encontró la escena menos esperada. Su madre se encontraba sentada a la mesa con un enorme álbum de fotografías entre sus manos y a su lado se encontraba su persona menos favorita en el mundo, riendo con su madre, con una taza en la mano y una enorme sonrisa en los labios.

–¿Qué está pasando aquí? – preguntó la chica percatándose de que el álbum que su madre sostenía tenía por título "Rukia 0 a 5 años".

Dear, I hate youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora