12 - LA MANSIÓN

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—¿Crees que querrá devolvérmela? —pregunto nerviosa mientras avanzamos por la calle a gran velocidad.

—Ya te he dicho que sí —responde tranquilo —. Tú déjame hablar a mí.

—¿Y si no quiere? ¿Y si se la queda sólo por fastidiarme? Con el odio que me tiene, seguro que es capaz de eso y más.

Él se frena en seco y, cogiendo mis manos, me mira a los ojos con seriedad.

—Si se niega, pelearé con él, pero tú hoy vas a recuperar tu daga. Palabra de demonio.

Una tierna sonrisa se dibuja en mi rostro. Debo reconocer que nunca en mi vida había conocido a ningún chico como él. Es todo una caballero y eso me encanta.

Cuando llegamos a la puerta de la mansión, me detengo en seco. Ya la había visto a través de las ventanas del coche, pero ahora, estando delante de ella, aún impone más. Es enorme, muy antigua y muy bien cuidada. Tiene delante un pequeño jardín con una fuente muy bonita. Por detrás se adivina una gran extensión de terreno que incluye un trozo de bosque. Seguramente será su coto privado de caza.

Respiro hondo y me preparo mentalmente. Aunque sean los buenos, no deja de ser un nido de vampiros.

—¿Lista? —pregunta Justin con una sonrisa. Yo asiento.

Atravesamos la reja de entrada y, tras cruzar el jardín, subimos por las imponentes escaleras. Una vez delante de la puerta, me sorprende el hecho de que no haya ningún tipo de timbre, sólo unas escalofriantes aldabas. Ese detalle me hace gracia. Es muy... vampírico.

Justin llama mientras que yo trato de esconderme detrás de él. Al segundo la puerta se abre. Ante nosotros aparece un castaño de pelo largo y ojos grises que nos mira con una agradable sonrisa.

—Justin. ¡Cuánto tiempo! —dice acercándose a él con los brazos abiertos —. ¿A qué se debe el placer de tu visita?

—Verás, Nicolae —contesta correspondiendo a su abrazo —, Drogo ha encontrado una cosa que pertenece a mi amiga y nos gustaría recuperarla.

—¿Amiga? ¿Qué amiga? —pregunta intrigado. Justin se ríe y tira de mi brazo.

—Anda, sal, que no se te van a comer. Aunque, conociéndote, dudo que lo lograran —me indica divertido.

Yo me asomo con timidez. Al levantar la cabeza, veo que el castaño me dedica una tierna sonrisa.

—¿Así que ésta es tu amiga? —pregunta sin dejar de mirarme —. Tienes buen gusto. Es muy guapa.

De repente me pongo como un tomate. ¿No se habrá pensado que Justin y yo...? Justin se da cuenta y se ríe.

—Cris es sólo una amiga, Nicolae. No pienses nada más.

—Lastima. Hacéis muy buena pareja —contesta con un poco de retintín. Parece encantado con eso. ¿Por qué? ¿Acaso le he gustado?. —Es un placer, Cris. Yo soy Nicolae Bartholy —añade besándome la mano. 

Me pongo colorada de nuevo. ¿Pero qué me pasa? Reconozco que es bastante atractivo y eso me halaga, pero... No. Será que no estoy acostumbrada a ese tipo de atenciones.

—Pasad, por favor —nos indica Nicolae abriendo más la puerta —. Iré a buscar a Drogo. Ahora mismo está en una reunión.

Al acceder a la impresionante entrada, me quedo alucinada. Los altos techos, las delicadas cortinas, los impresionantes cuadros... Todo rebosa riqueza, pero no una riqueza cualquiera. Una baldosa del suelo seguro que cuesta más que mi casa. Aunque, la verdad, no sé que me esperaba. Estoy en casa de la familia del señor de los vampiros. No iban a vivir en un piso de protección oficial.

DC V: VOLVER A EMPEZAR √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora