2 - LLEGADA

145 19 10
                                    

—Portaos bien. Recordad que las dos sois unas Bishop. Y, por favor, tened mucho cuidado.

Abrazo a mi madre al ver que está a punto de echarse a llorar.

—Vamos, mamá —digo para tranquilizarle —, sólo estaremos a dos horas de aquí. Tampoco nos vamos tan lejos.

—Lo sé —contesta mientras se seca las lágrimas —, pero es que te voy a echar mucho de menos. Tiff, por favor, cuida de mi pequeña.

—No te preocupes, Marian —le indica con una sonrisa —. Tú cuídate también. Y ven a visitarnos de vez en cuando.

—Lo haré —responde con una triste sonrisa —, pero sólo si Cris quiere.

—¿Cómo no voy a querer? —digo dándole un abrazo. Las dos nos echamos a llorar.

Puede que discutamos mucho, pero es lo que tiene ser tan distintas. A pesar de todo, nos queremos con locura.

—Es la hora, chicas —nos indica Sebastián cerrando el maletero.

Nos damos un último abrazo y subimos al coche.

Por el camino Sebastián nos pone al corriente sobre Mistery Spell. Dicha población es uno de los lugares donde más concentración de magia hay. Además, en ella se encuentra una de las residencias del señor de los vampiros. Eso la convierte en un auténtico campo de batalla. Parece que acción no nos va a faltar.

Nos entrega unos planos de la ciudad y del bosque. Éste es muy grande, por lo que nos aconseja que, antes de entrar de noche, lo exploremos de día. Mejor conocer la zona.

Una vez en Mistery Spell, me dedico a observar la ciudad por la ventana. Extrañamente me resulta familiar, cosa que me intriga porque, hasta ahora, ni sabía que existía. Tiene un toque místico que le confiere un encanto especial.

Al pasar junto a una enorme tapia, me quedo mirándola extrañada. Tras ésta se adivina una gran mansión.

—¿Quién vive ahí? —pregunto intrigada. Sebastián me sonríe.

—Esa es la residencia de los Bartholy, la familia del señor de los vampiros.

—¿Un nido de vampiros? —interviene Tiff emocionada —. Entonces, tendré que afilar bien mi estaca.

—No corras tanto —le indica Sebastián divertido —. Tenéis prohibido atacar a esos vampiros.

—¿Y eso? —pregunto intrigada.

—¿Es que no me escucháis cuando os cuento las cosas? —contesto un poco molesto —. Nuestro objetivo son los demonios y los vampiros rebeldes. A los que viven en esa casa debemos protegerles.

—¿Y quién nos protege a nosotras de ellos? —dejo caer como si nada. Sebastián se echa a reír.

—En primer lugar, son los buenos. Dudo que os vayan a atacar y en segundo... —continúa mirándonos fijamente —. Me parece que os bastáis solitas para protegeros.

—Eso ni lo dudes —contesto orgullosa provocando las risas de todos.

Primero vamos al apartamento a dejar las maletas. Es muy mono. Tiene tres dormitorios con baño propio, un cuarto de estar y una cocina. Sonrío al ver que tiene freidora. Con lo que me gustan las patatas fritas, la voy a desgastar.

—¿Por qué tres dormitorios? —pregunta Tiff intrigada.

—No vais a estar solas. Compartiréis piso con otra bruja, Sara Osborne. Ella os servirá de guía, ya que yo no puedo estar pendiente de vosotras todo el día. —Eso me fastidia un poco. Es como si nos pusieran niñera. —Por cierto, en la Universidad os he registrado con los apellidos de vuestros padres. No nos interesa que se sepa que andan dos Bishop por ahí.

DC V: VOLVER A EMPEZAR √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora