"Esta mañana uno de los guardias ha sido encontrado muerto", "nadie sabe quien fue", "murió de manera inexplicable", "no hay huellas".
Era de lo único que las personas hablaban.
Llegue a escuchar unos comentarios de aprobación ante tal acto, pues les hacía lo mismo que a mi.
No iría a almorzar, realmente me sentía fatal, me sentía muerta por dentro, hecha mierda.Estaba mirando a la nada, sentada en el suelo, tarareando una canción, realmente no estaba segura de si era una canción, solo tarareaba al aire.
-¿Estas bien?
-¿Ah?, ¿en que momento entraste?
-Llevo un par de minutos aquí
-Leon, no quiero ser grosera pero quiero estar sola.
-¿Así me agradeces lo que hice por ti?
-No tenias que hacerlo, no tenias que matar a nadie, por mas que se lo mereciera, no tenias que hacerlo.
-¿No te da curiosidad como lo hice?
-Un poco.-Sonreí de lado.
-No te lo contaré, estabas molesta.-Sonrió.
-No hace falta, me lo puedo imaginar.
-¿Que te imaginas?
-Lo envenenaste.
-¿De donde sacaría el veneno?, no seas boba.-Me sonroje, era cierto.
-Uhh... Supongo que con tus poderes mágicos le quitaste el aire y por eso no hay marca en su cuello.
-¡Bingo!, levantó sus brazos y sonrió.
Se tumbó en mi cama y palmeó el colchón haciéndome señal a que me recostara junto a él.
Y así lo hice, él estaba detrás de mi y yo me acosté dándole la espalda, tenía mi brazo en mi cintura y él lo acarició hasta que me quede dormida.Dormir con el de esa forma, con un cariño que comenzaba a nacer, es hermoso.
No podría existir algo mejor que esto.