O N C E

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                              OBSERVADOR

La miraba pasar siempre.
Ella ajustaba su bata, para que quedara pegada a su fina figura, y estoy seguro que lo hace por que le gusta la atención, las miradas, las caricias.

Y yo puedo darle algo de eso.

Veo que entra a las duchas y se a donde ir; salgo de la sala para dirigirme a las duchas, pero salgo por la puerta que lleva al pequeño patio, quite uno de los ladrillos para ver a qué ducha entraría.
Entro a la última, siempre lo hace.
Me dirigí a donde estaba ella, había una pequeña ventana y ella no me vería.

Quito la toalla blanca de su cuerpo, abrió el agua caliente y comenzó a lavar su cabello, enseguida la note jugando con el agua, era hipnotizante la manera en que las gotas resbalaban sobre su rostro, su lindo, redondo y obscuro rostro; cubierto de pecas, con un tono rosado provocado por lo caliente de la ducha.

Me fui, no quería parecer tan enfermo.

-¿Jhon?, ¿Que haces aquí viejo?

-Uh, nada, yo solo caminaba.-Respondí con los nervios saliéndome de los poros.

-Claro, conozco esos ojos verdes profundos cuando me mienten, podré estar loca, pero te conozco bien.

-Vamos Clarisse, ¿Que más podría estar haciendo?

A mi mente llego un flashback de mi madre diciéndome exactamente lo mismo, cuando me preguntaba donde había quedado Kittie, el gato de mi hermana.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2019 ⏰

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