7 ~Son solo recuerdos.

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Flashback.

Me encontraba en el hospital esperando alguna noticia de mi pequeño Jiminnie, había viajado de Seúl a Busán donde él había tenido el accidente de avión, por suerte él resultó vivo pero gravemente herido.
Me tire al suelo de aquel hospital importandome poco si las personas me veían o no.

Pasaron las horas y con ellas las lágrimas, mis ojos parecían haberse secado de tanto llorar. Seguían sin haber noticias de mi Mochi. Me sentía fatal pero aún así no abandonaría el hospital, no hasta saber algo de él.

—¿Algún familiar del menor Park JiMin? —Me pongo de pie al igual que su padre quién me da una mirada fulminante. Él parecía como si me odiara por algo y creo saber la razón.

Yo soy su padre. —Se acercó al doctor y yo hice lo mismo. El doctor me miro confundido.

Soy su novio.

No, tú no eres nada de él. Vete de aquí.

—Bueno, él dice ser algo del joven Park así que puede permanecer aquí. —Interrumpió el doctor. —Ahora no importa si es o no algo del menor. Quiero informarles que, luego de un par de análisis el joven Park ha entrado en de coma.

Mi corazón comenzó a latir rápido. De pronto palidecí más de lo que ya era. No, Jimin no podía estar en coma... no él.

¿Coma, dice? —Pregunté y el doctor solo asintió. —¿En verdad? ¿Seguro que no hay un error?

Sí, puede verificarlo con sus propios ojos: pasando a verlo y viendo esto. —Me muestra la tabla que sostiene con sus manos.

No quería verlo, no en ese estado... aunque si estaba con él en las buenas ¿por qué no estarlo en las malas? Su papá solo asintió, serio, sin ninguna expresión en su rostro.

—Solo tendrán quince minutos.

Por favor, no desconecten a mi hijo. No ahora, ¿podrían?

Si usted así lo desea, no lo haremos.

El señor fue a la habitación de Jimin y yo me quedé en la sala de espera. Estaba preocupado.
Pasaron los quince minutos y enseguida entré yo, aunque no quería por la mirada que el señor me daba.

—¡Ji-Jimin! —Me acerque rápidamente a la camilla en la que yacía recostado. —Despierta pronto. —Tomé su mano en la cual tenía la onda de suero conectada y la acaricie un poco. —Lamento haber terminado contigo, lamento haberte dicho todo lo que te dije, lamento ser yo, lamento haberte lastimado, lamento que no podamos estar juntos, lamento haberte prometido hacerte feliz pero lo único que hice fue entregarte dolor a cambio, ¡Lamento haber nacido! —Comencé a llorar.

En esos instantes anhelaba demasiado el que Jimin despertara pero aunque le rogase no iba a despertar porque ni siquiera me escuchaba ¿verdad?

Así pasaron los siguientes cinco días, sin haber cambios en el sistema de Jimin parecía como si no fuese a despertar. Las probabilidades al principio de que Jimin despertaran eran de un 80% ¿y ahora? Eran del 67%, habían bajado. El doctor nos explicó que entre más tiempo tarde en despertar y menos reaccione su cuerpo las probabilidades iban a descender cada vez más.

Ya habían transcurrido seis semanas, el tubo que alimentaba a Jimin lo habían cambiado de la garganta al estómago directamente para no lastimarle la otra parte. Seguía sin despertar.
Llegué temprano, fui la primera visita de ese día una vez más pues los anteriores días también fui la primera visita. Abrí las cortinas y ventanas para que entrara la luz del sol, el frío y doloroso invierno estaba yéndose una vez mas y aunque la primavera trae felicidad, para nosotros, esta vez no era así. Al sentarme a su lado como de costumbre, volví a tomar su mano y hablarle como si estuviese despierto y me escuchase como de costumbre y seguía esperanzado por escuchar de nuevo su voz y risa y por ver como aquellos ojos color chocolate se hacían pequeños cada que él reía impidiéndole ver. Extrañaba todo aquello pero cada vez más parecía que lo perdía, pero esta vez para siempre.

Cuando nuestras vidas chocaron [MYG×PJM].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora