Taehyung era un chico demasiado especial para mí. Él estuvo conmigo en las buenas y en las malas. Siempre ha sido mi amigo, de hecho, el único por el momento. Aunque hubo un tiempo en el que comenzamos a sentir algo más que una simple amistad. Aquellos sentimientos eran mutuos, e intentamos una relación pero descubrimos que funcionamos mejor como amigos que como pareja así que decidimos terminar. Luego de dicha ruptura, él se fue de Seúl y regresó a Daegu, su lugar de nacimiento. Por fin, luego de un par de años, volvíamos a reencontrarnos. Volvimos a hablarnos, vernos, incluso a abrazarnos. Volvimos a hacer locuras y contarnos secretos, llorar juntos y ver películas. Al fin volvimos a ser los mejores amigos del mundo.
Aquel día, todo parecía ir de maravilla. Ambos sentados en el sofá, jugando videojuegos, mientras comíamos algunos snacks que mi mamá había preparado para ambos. Realmente me gustaba demasiado el pasar tiempo junto a Taehyung, era un gran chico y un excelente amigo.
Flashback.
La nieve caía precipitadamente, el cabello de Taehyung pronto comenzaba a verse lleno de aquellos lindos copos. Acarició mi mejilla roja debido al frío, con suavidad y sonrió, aquellos dos orbes color avellana brillaban con peculiaridad y es que, si me dijeran que describiera a Tae en una palabra yo, sin dudarlo, diría que peculiaridad. Peculiaridad era la palabra perfecta para describir a aquel ser tan impredecible y lleno de luz. Su sonrisa cuadrada llena de encanto, con unos orbes que desprendían inocencia y pureza enamorarían a cualquiera que le viese, incluso a mí.
La primera vez que lo vi, simplemente sus facciones me parecieron perfectas y su forma de desenvolverse tan a la ligera me sorprendió. Mi primer día en la escuela fue maravilloso gracias a aquel chico castaño de ojos avellana con un peculiar brillo en ellos y con un alma tan pura como la de un niño.
Hizo mi cabello a un lado para descubrir mis ojos y luego estampó sus delgados labios contra los míos, al principio, el tacto era un poco frío pero luego sentí la calidez de su cuerpo abrigando el mío, de pronto, todo el frío se esfumo junto a la gente que pasaba por ahí, en mi mundo solo éramos Tae y yo. Siempre él y yo contra el mundo y ambos amábamos eso.
Fin del flashback.
Luego de jugar por mucho tiempo decidimos ir a un lugar al que Tae quería llevarme. Salimos de mi casa y fuimos recibidos por un viento fresco. Caminamos hacia aquel lugar, sonreí por su vista. No estaba lejos de mi casa por lo que llegamos en cuestión de minutos.
Taehyung tomo mi pequeña mano e hizo que entrelazáramos nuestros dedos. El frío invierno amenazaba con pronto llegar pero no me importaba en lo absoluto pues amaba el frío. Este día era como cualquier otro día a su lado, si no fuera por su ausencia durante tanto tiempo. Se lo veía cambiado, mucho más atractivo de lo que anteriormente era, pero emanaba un aura completamente distinta a la de la última vez. Parecía más contento, más en paz, mucho más relajado, pero sobretodo más de sí mismo que del mundo.
— ¿Te sientes bien, Tae? —Me atreví a preguntarle.
—Me siento de maravilla, ¿por?
—Me alegra que así sea. —Sonreí.
Seguimos caminando por aquel pequeño jardín que estaba justo frente al departamento que había rentado Tae. Era un lugar muy relajante, cómodo y agradable. Los árboles movían ligeramente sus hojas de lado a lado debido al viento, ocasionaban un agradable sonido. La fría brisa golpeaba nuestros rostros pero era una buena sensación. Además, la presencia del mayor me lograba relajar en demasía.
—Cuéntame que has hecho en todo este tiempo. —Volví a romper con aquel silencio que no era incomodo en lo absoluto pero aun así haría lo que fuese por escuchar su grave y dulce voz.
—Conocí muchas personas que me demostraron demasiado en tan poco tiempo. —Comenzó diciendo esto con algo de tristeza en sus dos orbes, la velocidad de nuestros pasos disminuyo y yo le preste completa atención a cada palabra que decía. —"Ya no eres ningún niño", me decían una y otra vez cada que sin darme cuenta, me comportaba de forma infantil. Supongo que nunca me di cuenta de que hemos crecido demasiado. —Esbozo una pequeña sonrisa que apenas logre captar. —La gente es hipócrita... espero que nunca te topes con esa clase de personas, Jiminnie.
—Está bien, no te preocupes por mí, hyung.
—Mientras conocía más su doble cara, más anhelaba ver la tuya y poder conversar contigo. Pero he aprendido mi lección. —Hizo una pequeña pausa y continuó. — ¿Me permites darte un consejo?
—Los que quieras. Sabes que yo aceptare todo de ti.
—Nunca cambies para agradarle a alguien. —Sonrió y dejo un pequeño beso en la punta de mi nariz.
Solo asentí con una gran sonrisa. Me puse a pensar que si, realmente nunca nos damos cuenta de cuanto hemos crecido hasta que ciertas situaciones se nos atraviesan. No sé qué decir respecto a Taehyung, más que me hubiese gustado haber estado para él en aquellos tiempos difíciles.
— ¿Dices que estás bien porque realmente lo estás?
—Por supuesto, sino ¿por qué más?
—No lo sé.
Ambos seguimos caminando, no nos atrevíamos a soltar nuestras manos y aquella conversación no siguió más. Tiempo después decidimos ir por un café. Siempre era un buen clima para tomar café. Para cuando llegamos a dicha cafetería, Taehyung parecía haber cambiado de humor de repente.
— ¿Sucede algo? —Le pregunte con preocupación.
—Me iré mañana. Sé que acabo de regresar pero ambos sabíamos que no me iba a quedar por el resto de mi vida.
— ¿No puedes quedarte un par de días más?
—No, incluso ya hice todos los preparativos. Lo siento, Minnie. Volveré a dejarte.
—Está bien. —Sonreí. —Si eso es lo que te hace feliz entonces lo aceptare sin enojarme, ni nada en lo absoluto.
—Eres increíble. —Sonrió.
En realidad, el ponerme triste en estos momentos era lo último que deseaba. Y la felicidad de Tae era algo que yo más anhelaba pues era alguien tan maravilloso que no quería que nadie le hiciera daño. Él era tan extraordinario.
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Cuando nuestras vidas chocaron [MYG×PJM].
Fanfiction«-Debemos alejarnos, no debemos estar juntos.» Park Jimin es un chico que va al Instituto. Su padre murió junto a su hermana menor en un accidente cuando Jimin tenía la edad de dieciséis años quedando solo él y su madre vivos. A los trece años, Pa...