|Capítulo 1|

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Abro los ojos, son las 8:00 am. Y de verdad al darme cuenta no hago nada durmiendo a esta hora, necesito ir a la universidad hay un examen para fin de curso y no necesitaba tronar el semestre, no necesitaba más problemas.

Últimamente había tenido algunas dificultades, para no decir problemas nuevamente; y enserio que me estresaba, el tan sólo hecho de pensar que algo no me salga bien. Puesto que siempre he sido alguien muy capaz, y dispuesta a cumplir lo que me propongo y hasta hace unos meses mi vida ha dado ciertos giros, y...

¡Joder, tengo que irme!

¿Que coño hago hablando sóla en vez de irme a la universidad?

Rápidamente, saco del closet algo de ropa, unos jeans rasgados y una camiseta corta gris.

Un poco de maquillaje, y finalizado el acto salgo de casa dispuesta a correr para no perder mi clase.

-¡Kate, kate! -Escucho una voz grave llamándome desde un auto; doy media vuelta y ahí está Mario, un amigo, que me ve con otros ojos y yo... pues, no busco nada, por ahora.

Volviendo al recuadro, me acerco a dónde se encuentra estacionado Mario, y cómo estaba tan perdida -¿Ya mencioné que últimamente me encontraba un poco distraída? -¿Que hay Mario? -Expresé en forma de saludo.

Haciendo una seña con sus ojos, me indica que suba al auto. ¿Que demonios me pasa? Ni recordaba que iba apurada a mi clase.

Sin pensármelo dos veces, subí a ese vehículo, debía apurarme, y no había más opción.

Mientras llegábamos a la universidad, Mario me hacía un montón de preguntas. Aunque era un buen chico me incomodaba bastante, ya que hasta hace unos meses éramos muy buenos amigos, y decidió contarme acerca de sus sentimientos hacia mi, algo que lamentablemente no era mutuo.

Al fin, habíamos llegado. Y los minutos más incómodos habían acabado.

-Hey, Kate espera -Escucho a Mario llamarme.

-¿Qué sucede? -Grito y sigo mi camino, nisiquiera me doy vuelta a mirarlo.

-¿Quieres almorzar conmigo? -Grita y yo ruedo los ojos sin que él pueda verme, y respondo antes de entrar al pasillo.

-Eh. No sé, yo te envío un texto. -Digo, aunque es mentira, ya que nisiquiera lo tengo agendado. Y termino finalmente para salir corriendo a mi aula de clase.

Por un pequeño instante, llegué a tiempo a la clase ¡uf! Al menos no perderé el semestre, me sentí triunfante.

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Capítulo corto, es cómo un pequeño prólogo, para que conozcan a la protagonista de ésta curiosa historia en la que estoy muy a punto de sumergirme.

Espero puedan engancharse con los siguientes capítulos, muchos besos en donde más quieran.

¡Gracias por leer!☀️📖

El destino, ¿querrá juntarnos? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora