|Capítulo 2|

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Había llegado esa mañana a la universidad. Me encontraba más que perdida casi desorientada. Siempre fui una buena estudiante, no una cerebrito pero me destacaba de vez en cuándo. Algunas cosas habían estado pasando conmigo y la verdad me esforzaba en la escuela a más no poder. Sin embargo, no sabía que sucede conmigo, quizás fuera mi empleo y mi vida de ocio bastante ajetreada, enfatizando en bastante. Las pocas horas que dormía por las noches me estaban pasando factura y haciéndome realmente difícil la vida diurna.

—Hey, ¡Kate!

Noté que quién llamaba era mi mejor amiga, que seguro quería distraerme de mi objetivo de entrar a clases. Pero esta vez, lamentablemente no podría distraerme.

—Lily, hablamos en el descanso, debo contarte algunas cosas. —Dije sin parar de caminar por el pasillo de acceso a las aulas.

—Ok —Asintió con la cabeza un poco desconcertada.

2 horas después

Finalmente había terminado la puta clase, ciertamente ese día pareció haber tardado más, puesto que, habían algunas cosas pendientes acerca del proyecto de fin del semestre para los que estábamos por graduarnos, exámenes finales, y blah blah. A mi me faltaba a penas un semestre y comenzaría mi tesis para acabar la carrera. Eso me daba nervios, a juzgar por mi poca atención a los estudios últimamente, pero comenzaría a poner más empeño. Al fin y al cabo ya no faltaba nada para graduarme después de todo, pero aún quedaban las vacaciones de invierno, aunque no eran muy largas, eso me confortaba. Un descanso sería todo lo que necesitaba para empezar a poner reparo en la universidad.

Visualicé a mi mejor amiga quién se hallaba sentada por el comedor esperándome.

—¿Me esperabas? —Cuestioné risueña de ver su cara de impaciencia, me imagino que por saber las noticias que tenía para ella.

—Obvio. —Aseguró y procedí a sentarme junto a ella.

—Sé que nos vimos ayer, pero de un día para otro suceden tantas cosas. —giré los ojos y negué con la cabeza sonriente.

—Ay, eso ya lo sé boba, suéltalo. —Regañó ella ésta vez apurándome.

—Matteo... Vendrá de Sydney a verme.

—¿¡Qué?! ¿No que ustedes ya habían cortado todo tipo de relación? O algo así me dijiste.

Oh, Matt es una especie de relación que tuve hace un tiempo, nos conocemos desde hace mucho cómo amigos y de la nada decidimos salir, nos enteramos que nos gustábamos y nos hicimos novios. Pero se fue por cuestiones de estudio y trabajo por parte de sus padres.

—Bueno sí Lily —Afirmé confundida, y agregué— pero me ha declarado que me ha echado de menos. Y sí, a mi también me hizo falta aunque ya lo haya superado. Sé que fallamos, pero sólo vendrá a arreglar asuntos conmigo, no creo querer algo más con él. O no lo sé, estoy muy confundida ahora.

Soy un bastante reservada, aquella era mi segunda relación sentimental. No me gustaba estar con alguien sí de verdad no sentía «eso», que ya saben, el amor, las mariposas y la cuestión, sin embargo; sólo estos dos chicos con quienes estuve causaron eso en mi o algo parecido, Court un muchacho con quién mantuve una relación cerrada cuándo apenas tenía dieciséis años y Matt llegó cuándo tuve diecinueve.

—¿Srta. Katelyn Geller?

—¿Sí?

—La solicitan en las oficinas. —anunció una señora flaca y pelirroja, invitándome a seguirla. No entendía el motivo, pero me dediqué a seguirla y no preguntar.

—Lily, nos vemos más tarde. Te llamo a la salida, ¿vale? —Me despedí de mi amiga.

De inmediato seguí el camino detrás de la señora delgada de coordinación, puesto que después de recordar lo que ya mencioné, de las distracciones y el poco interés que he perdido en el colegio, pues... Me encontré muy asustada, ¡no quería problemas! Y menos en la universidad. Ya tenía suficiente con mi desorientación temporal que ya había comentado y también las causas.

El destino, ¿querrá juntarnos? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora