capítulo 4

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Me lleva a rastras por todo el gimnasio hasta los vestuarios masculinos, los cuales estan vacíos. Cierra la puerta y se vuelve contra mi.

Se puede saber que cojones te pasa Bella.— Pregunta, acercándose a mi.

Intentar bajar esos humos, no tienes por qué ir pegando gente por la vida Harry.— Hago lo que puedo por calmarme, ya que Harry está muy  enfadado y no quiero empeorar lo que he empezado.

No me conoces, deja de meterte en mi vida.— Empiezo a retroceder hasta dar con la pared.

Fuiste tú quién vino preguntando por la novia de Niall, no me metas a mi en más problemas. Solo quería que parases de partirle la cara porque le estabas matando.— Respondo.

El ríe.

¿Y para eso me tienes que pegarme una patada en mis partes bajas?— Pregunta, acercándose aún más a mi.

Su aliento apesta a alcohol y tiene las pupilas dilatadas.

¿Estás borracho?— Pregunto

Se rasca la nuca

He bebido algunas copas, pero yo no lo definiría así. De momento soy capaz de andar por mi mismo. Volviendo al tema, como vuelvas a tocarme te arrepentirás. No me apetece que una mocosa como tú se meta todo el rato en las decisiones que tomo. Vete con Niall y déjame en paz.— 

Se empezó a alejar, pero yo no me moví.

¿Por qué le estabas pegando Harry?— Pregunto.

Se gira hacia mi.

No te tengo por qué dar explicaciones Bella. Espero no volver a tener ningún contacto contigo en lo que me queda de vida.— Y sale por la puerta del vestuario.

Eso último ha dolido más de lo que pensaba. No entiendo como hemos pasado de desconocidos a odiarnos. Todo empezó por esa estúpida conversación en la cafetería. 

Lunes

Taylor y yo salimos de clase de mates para dirigirnos al almuerzo.

¿Cómo está Niall?— Pregunto

Bastante bien, le dieron el alta en seguida, resulta que la mitad de las lesiones que tenía eran moratones así que nada importante. Es un chico bastante agradable.— Responde

La miro. Tiene la mirada perdida y una sonrisa risueña en la cara.

A ti te gusta Niall.— Afirmo

Ella me mira y le entra un ataque de nervios.

¿Qué dices? No me gusta. Solo me parece atractivo, nada más.— Se defiende

Mh, si tu lo dices.— Decido no seguir con el asunto, prefiero que me lo cuente cuando ella se sienta preparada.

Entramos al comedor, lleno de jóvenes, como siempre a estas horas. Sin embargo, hoy hay algo diferente. De repente siento cientos de miradas posadas en mi.

Taylor, estoy siendo egocéntrica si pienso que todo el mundo me está mirando?— Le pregunto

Mi amiga niega con la cabeza.

Me da que no, porque yo también pienso eso. Desde que le diste aquella patada a Styles ayer, todo el mundo habla de ti. Algún alumno lo grabó y ahora es viral. Se puede decir que has ridiculizado al gran Harry Boxeador Styles.— Explica, mientras coge un sándwich de jamon york y queso.

Genial, esto es lo último que quería.

Harry's pov

No puedo ir a clase. No con ese maldito vídeo circulando por ahí. En que momento se me ocurrió escuchar aquella conversación en los vestuarios, si no hubiese estado ahí nada de esto hubiera ocurrido.

Maldito Niall. Maldita...Bella.

No, Bella no es maldita. De hecho, es preciosa. Desde que entró el primer día por esas puertas no le he quitado el ojo de encima. Por eso, cuando pensé que estaba saliendo con Niall, fui a por él. A pesar de que ella me lo negase en la cafetería, sigo pensando que hay algo entre los dos. No me quedó más remedio que ir a por Niall al gimnasio y meterle una paliza.

Pero, ahora, por culpa de mi querida Bella, todo el mundo me insulta por la calle y me ridiculiza. En el boxeo, que una chica pegue a un boxeador y que se vaya de rositas, es motivo de risa. Si la sociedad es machista, el boxeo masculino lo es aún más. Pero no podía hacerle nada.

Cuando le dije que no quería volver a verla, era en serio. Ahora mismo mi reputación está destrozada por su culpa, por lo que verla solo haría que me enfadase más, a pesar de que me siento atraído por ella.

Tras un día sin hacer nada en casa, decido dirigirme al instituto a entrenar. Las clases ya han acabado por lo que no debería de encontrarme a Bella.

Una vez llego a los vestuarios, me pongo los pantalones cortos y mi camiseta blanca de tirantes. Salgo al frío gimnasio, vacío por suerte.

Una hora después sigo dándole golpes a ese maldito saco. Tengo que ganar a muchos de mi categoría para poder llegar a los nacionales, y sé que como no lo haga bien me quedaré sin casa porque mi padre me echará de ella. 

Estoy tan concentrado dando golpes que no me he percatado de que una persona acaba de entrar en el recinto.

Hola Harry.— Mi hermana se para en frente de mi

¿Qué pasa Gemma?— Pregunto, sentándome en el banco. Sé perfectamente a lo que ha venido pero prefiero hacer que no tengo ni idea. No me apetece discutir con nadie.

¿Te parece normal la que has montado? Papá y yo estamos muy disgustados contigo. Tienes que ganar los nacionales si no quieres que el apellido de la familia acabe por los suelos.— Dice, enfadada

Suspiro. Efectivamente, venía por lo que yo creía.

¿Y que tendría que haberle hecho Gemma?— Pregunto

Darle su merecido! Nadie le toma el pelo al gran Harry Styles, pero dejas que una chiquilla de 17 años te de una patada y salga de rositas?! No te das cuenta?— 

Me levanto

Vete.— Digo.

Mi hermana me mira, incrédula. Una sonrisa irónica adorna su rostro.

No vales una mierda hermano.— Responde, antes de irse.

Veo como se aleja por el gimnasio, sus tacones resuenan por todo el gimnasio.

Mi familia era buena conmigo hasta que se murió mamá. Desde entonces me echan la culpa de su muerte y solo me quieren por el dinero que ganan apostando por mi en las batallas de boxeo. Vivo con ellos porque no tengo adonde ir, pero es como si viviese solo. 

Me dispongo a entrenar de nuevo cuando recibo un mensaje de mi amigo Louis.

Hoy fiesta en mi casa, ¿vienes?

No me podría haber dicho mejores palabras. Sonrío, antes de contestar.

Ahí estaré

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