Hermione amaneció en los brazos de Draco, no se extrañó tanto de esto pues era la segunda vez que sucedía algo así, ella al no querer levantarlo se movió manera muy delicada, pero el agarre del rubio fue más fuerte y es por ello que ella voltea al no tener otra escapatoria y queda cara a cara con él, lo cual hizo que las mejillas de la rubia se tornaran de un suave color rojo, pues el rubio ahora estaba muy cerca y con los ojos de par en par con sus ojos brillantes grises mirándola directamente.
-Muy buenos días preciosa ¿Qué gran mañana no crees?-
-Buenos días, Draco, deberíamos levantarnos ¿No crees?- Respondió evadiendo su pregunta, así como su mirada.
-Es casi perfecto estar aquí, pero creo que tienes razón.- Habló Draco sin soltar su agarre.
-Draco creo que para ello debes soltarme.- Dijo una divertida Hermione y el rubio sonriendo, pero a regañadientes la soltó.
-Me iré a cambiar, no nos dará tiempo para ducharnos.- Draco asintió.- Te veo en cinco abajo ¿Esta bien?-
Hermione se fue de la habitación de Draco y se pasó a la suya, vio el reloj, eran las once, había dormido mucho, aunque ella suponía que se había dormido a las dos de la madrugada, no estaba muy segura de esto porque no se percató al haberse quedado dormido.
Draco por otro lado tenía una sonrisa de oreja a oreja, ya había dejado de lado la negación de que no sentía algo por Hermione y se lo había demostrado con su fiesta, aunque él sabía que necesitaría muchas más que eso para que ella lo aceptase o si quiera se dé cuenta, porque Hermione puede ser una bruja brillante, pero a veces no nota las cosas tan simples de la vida como el hecho de que le gustes a alguien.
Tanto Hermione y Draco tenían sentimientos mutuos que habían crecido con el poco tiempo que llevan conociéndose a consciencia, pero Draco por un lado tenía la inseguridad por su pasado con ella, Hermione por su lado tenía miedo a que el pensase que los sentimientos por Ron seguían vivientes, y aunque ella aun no demostraba señales de sus sentimientos, la química se notaba por sus ojos, la forma en que se miraban y como uno hablaba del otro. Algunos corazones se rompían con esto, había los que tenían leves sentimientos hacía Draco o Hermione, otros que si tenían fuertes sentamientos como cierto pelirrojo que cometió un grave error o cierta rubia engreída que nunca logró conquistar el corazón del príncipe de Slytherin.
Hermione se había demorado mucho pensando en lo que la noche anterior, muchas preguntas se habían pasado por su cabeza, preguntas que solo Draco podía responderlas pero que no se atrevería nunca a hacerlas.
Hermione optó por ponerse un suéter que le llegaba a la cintura color mostaza con unos pantalones negros que comenzaban en la cintura con unos zapatos bajos del mismo color del suéter, con una cartera negra, se recogió el cabello en una cola de caballo alta despeinada y bajo rápidamente donde encontró a Draco con el cabello también despeinado y con su capa de mago, se sonrieron al darse cuenta de que ambos iban muy desarreglados.
Al salir de su sala y de Slytherin se encaminaron agarrados del brazo y muy ensimismados en sus pensamientos hasta que se toparon con sus amigos.
-¡Wow! Que gran noche para que la perfecta Hermione se levante tarde y el gran Draco ande tan desarreglado.-
-Nos hemos quedado dormidos Blaise.- Contesto el rubio de manera brusca.
-¿Hemos? ¿Es que han dormido juntos?- Theo insinuó en son de broma, pero ambos jóvenes les delataron sus mejillas tornándose de rojo y se quedaron callados.- No puedo creerlo ¿Ya es oficial?-
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Nueva hermione
Fiksi PenggemarNi ella ni el se imaginaban todo lo que podía pasar, un descuido, una carta; todo sucede en un día cualquiera. Un caso resuelto, el trio de oro incompleto, no Gryffindor, ni Ravenclaw, tampoco Hufflepuff. Una serpiente aristócrata y una rata de bibl...