Capitulo 5: Callejón Diagon

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Hermione al despertar sintió estar sobre algo un poco más rígido que el colchón de su cama, pero aun así era cómodo, aunque ella no estaba del todo consciente por lo muy cansada que estaba, hasta que en su mente vio como si fuera una película lo último que había hecho y es cuando sus ojos se abren de golpe.

-¡Draco despierta! Tenemos que ir a desayunar con tus padres.- Dijo Hermione incorporándose y viendo que realmente ella había estado descansando sobre su pecho, al ver que tenían la ropa puesta y recordando que solo durmieron juntos de mucho cansancio hizo que se tranquilizara un poco.

-Hermione por más que me encante haber despertado junto a ti esa no es manera de levantar a la gente...- La adormilada voz de Draco se hizo escuchar.- ¿Qué hora es?-

Hermione se dio cuenta de que eran apenas las siete de la mañana y se sintió un poco culpable pero aun así lo disimulo, no quería que el rubio se dé cuenta de que se había escandalizado solo por haber despertado junto a él, o bueno, encima.

-No importa la hora, debemos estar listos de una vez no queremos llegar tarde, además que debemos asearnos, al menos, no nos vendría mal un baño.- Dijo Hermione levantándose con su camisón que usaba para dormir, en ese momento se dio cuenta que Draco tenía la mitad de su camisa de pijama desabrochada y el pobre chico mostraba un poco y cansancio que sentía, eso le pareció de cierto modo ternura.

-Mione, aunque quisiera no tengo ropa acá.-

-Mandaré a Delfina por tu ropa, mientras me daré un baño espero que cuando salga tú ya estés bien despierto Draquito.-

Luego de eso Hermione se metió a su baño, no sin antes pedirle el favor a su dulce elfina de que le trajera ropa a Draco, luego de una larga ducha se cambió dentro de su baño ya que no sabía si aún Draco estaría afuera así que metió su ropa antes de bañarse, se vistió rápidamente, quería estar cómoda pero tenía que verse elegante de toda maneras así que opto por una blusa blanca suelta junto a unos shorts estampados de tela con colores rojizos y encima un cárdigan blanco que le llegaba hasta sus rodillas y de zapatos se puso unos botines con tacón de color negro con detalles dorados. Luego de secarse en cabello, peinarlo, ponerse un poco de maquillaje y un rosa en los labios salió de su baño y encontró una cama tendida y escuchó que Draco salía del baño que estaba al lado de su alcoba, fue a encontrarse con él y encontró al chico con una toalla revoloteando su cabello vestido con una camisa blanca y pantalón azul marino con unos zapatos a juego.

-Buenos días rubio.- Dijo Hermione en forma de burla

-Buenos días rubia.- Le respondió Draco de la misma manera, Hermione se había olvidado de que era rubia ahora.

-Es hora de irnos, no quiero llegar tarde.-

-Dudo mucho que mis padres consideren tarde siendo las siete y cuarenta de la mañana.- Soltó Draco lo que hizo que esta se sonrojara un poco.

-Disculpa...-

-Me deberás más que una disculpa Hermione Daiana Griffin Bellerose...- Dijo Draco acercándose peligrosamente a Hermione, pero se fue a dejar realmente la toalla en el cuarto de Hermione.- Bueno ¿Nos vamos? Por cierto, te ves reluciente- Dijo mostrando una de sus sonrisas picaras.

-Claro, vamos saliendo y gracias.- Dijo una sonrojada Hermione.

Y es así como ambos jóvenes se fueron caminando a la Mansión Malfoy donde estaba una reluciente Narcissa Malfoy esperando detrás de la puerta de entrada.

-Buenos días, hijos ¿Qué tal amanecieron?- Dijo una muy feliz señora Malfoy dándoles paso para que entren.

-Yo bien, pero Draco por otro lado...-

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