Capítulo 2: El Camino En Tren

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Las clases de Japones habían sido sencillas y sin muchas complicaciones durante las primeras semanas, pero conforme pasaba el tiempo la dificultad iba en aumento y eso le preocupó levemente a JiMin. Unos días más y se cumplirian sus primeras dos semanas de estudios en Japon. Desde aquel día el rubio no había vuelto a ver al chico pálido de la calle. En más de una ocasión se había sorprendido a si mismo pensando en él y mas aun esperando poder volver a verlo.

Esa mañana iba con el tiempo bastante justo para llegar puntual a sus clases de idioma, las cuales empezaban a las nueve. Bajó corriendo las escaleras hasta llegar al andén correspondiente. Llegó en el momento exacto en que el tren abría sus puertas. Al igual que todos espero a que los pasajeros bajaran para poder abordar. Cuando al fin pudó pasar vio una peculiar silueta abordar por la siguiente puerta del vagon. Prestó atención y allí estaba, el pelo castaño, un cubrebocas en su rostro y una sudadera negra puesta. El chico parecia ajeno a todo su alrededor. JiMin notó que debajo de la capucha de la sudadera llevaba puestos los audifonos. Le observó un buen rato sino es que todo el camino. Solo apartó la mirada en el momento de descender, tiempo en que también el otro chico bajo. JiMin tenía curiosidad por el camino que este seguiría pero no podía darse la oportunidad o de lo contrario llegaría tarde a clase.

Siguió derecho a paso rápido hasta la escuela donde tomaba sus clases; llegando al aula apenas unos segundos antes que la profesora, se encontró con su reciente amigo TaeHyung. Al igual que el también era Coreano y estaba tomando el curso para entrar a la carrera, aunque tristemente no sería en Tokyo sino en Fukuoka. JiMin podía tomar idiomas en la universidad de tokyo por qué sus padres pagaban por ello. Pero TaeHyung estaba allí gracias a una beca, por esa razón el gobierno nipon designaba la institución donde los aspirantes tomaban japonés y que en la mayoría de los casos era distinto a la institución que ellos habían elegido para obtener el grado.

-De nuevo casi llegas tarde Mochi- saludó el chico castaño miel cuando se sentó a su lado.

-Tu lo has dicho, casí-rió sacando los útiles de su mochila, solo un par de libros de idioma y una pluma.

-Oye Mochi ¿Entendiste esta frase? - TaeHyung le mostró su libro abierto señalando a una de las muchas oraciones escritas- me confundí demasiado con esta parte.

-Dejame ver- JiMin leyó la hoja impresa- sí, lo siento no entendí tampoco, esa ni la siguiente.

-Rayos-TaeHyung se concentró nuevamente en sus apuntes.

Al empezar la clase ambos chicos notaron que la mayoría del salón también estaban confundidos justamente con aquellas dos oraciones, sintiendose aliviados por no ser lo únicos. Después de eso la profesora explico las ocasiones en que ciertos conjuntos de palabras tomarían significados muy específicos de acuerdo al contexto, de la misma forma en que se habían encontrado con las dos frases de la tarea.

Pasaron el día entero en clase ya como venían haciendo durante las dos semanas, ocho horas diarias de japonés con apenas el receso de una hora para poder almorzar. Terminado el día escolar JiMin se dispusó para el retorno a su residencia, pero cambio sus planes cuando TaeHyung le dijó que fueran a un Karaoke en conjunto con algunos otros de los estudiantes extranjeros. No lo pensó mucho antes de aceptar.

El grupo de chicos llegó a la estación tratando de averiguar cuál sería la línea correcta para emprender el viaje. Mientras un par de chicos discutían la elección JiMin solo se limitó a reir y divertirse con los demas. Dejó de prestarle atención a TaeHyung pues bajando por las escaleras venia de nueva cuenta el palido. Lo siguió con la mirada. Lo contemplo mientras este esperaba la misma linea de la mañana. JiMin dedujó que debía vivir por la misma zona que el y eso le alegro, eso significaba que las probabilidades de encontrarse con frecuencia eran altas.

-¿Que miras, Mochi? -preguntó el menor.

-¿Mhh? - Jimin se volvió a su amigo- nada Tae.

-Te veías muy entretenido y ni escuchaste mi elocuente chiste-puchereó TaeHyung, y JiMin rió.

-Lo siento Tae, repitelo.

-Ya no tendrá gracia, olvidalo.






Los siguientes días fueron lo que JiMin definió secretamente como una "maravilla". A excepción de algunas ocasiones, diariamente se encontraba con el chico palido, si no era por las mañanas entonces con un poco de suerte sucedía por las noches, aunque nunca pudiera abordar al mismo tiempo. A veces tenía la grandisima suerte de que el chico no llevara puesto el cubrebocas y fue de esa forma en que pudo deleitarse con la fugaz preciosura de su rostro. Era tan hermoso que ningún viaje en tren a su lado (si pudiese tomarlo) duraría lo suficiente para que JiMin quedase satisfecho con su imagen.

Boy Luv in Tokyo -JimSu- [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora