Mi realidad.

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Muchas gracias por todo el apoyo. Me alegro mucho que les esté gustando.

Como siempre nada me pertenece yo solo ocupo los personajes sin fines de lucro.

Capitulo V. Mi realidad.

Elsa sostuvo el rostro de su hermano solo un par de minutos, después de ello solo se levantó y fue corriendo a su habitación.

En la seguridad de su habitación, cerrando la puerta, se apoyo contra ella, y solo cuando supo que estaba sola, rompió a llorar, no sabía exactamente qué estaba sintiendo, era una mezcla de culpa y remordimiento, con una alegría agridulce, y un extraño sentimiento que no tenía el valor de poner nombre.

Después de un tiempo sus lágrimas se secaron y ella cayó dormida aún en contra de su puerta.

-Cambio de escena-

Elsa despertó por el golpear de su puerta.

- Señorita Elsa. - Era la voz de Gerda. - Sus padres quieren saber si los va acompañar a desayunar.

Elsa aún en la nebulosa de su mente, vio hacia la ventana y vio que la luz entraba a todo su esplendor, eso significaba que eran por lo menos las nueve de la mañana, dos horas después de su hora regular de despertar.

- Diles que si.

Elsa se levantó del suelo, y al estirarse sus huesos crujieron para tomar nuevamente posición.

- Entendido.

Escuchó los pasos de Gerda, pero una urgencia le nació.

Abrió la puerta de golpe, y su ama de llaves solo había avanzado un par de pasos por el pasillo.

- Gerda. - Le llamo. -¿Andrew ya despertó?

Gerda se dió la vuelta, para ver a la princesa. De todo lo que notaba, lo que más le llamo la atención, era que no llamara a su niño, hermano, solo su nombre a secas.

- Si princesa, el príncipe Andrew ya despertó, fue llamado por sus padres para hablar, y me parece que ya está en el comedor.

Elsa se cubrió con su bata, y camino rápido, por no decir corrió hacia el comedor.

Gerda vio toda la actividad de su niña, era muy extraño, tenía años que no la veía ir ante sus padres solo con una bata y sin arreglar, pero dentro de sí, pensaba que la llegada del principe la tenía fuera de sí. Gerda sonrió sin poder evitarlo, desde el secuestro, su niña tampoco había sido la misma, y se alegraba mucho que estuviera tan enérgica.

Elsa llegó al comedor, era un comedor privado, que era usado solamente por la realeza, y cuando no había invitados, pues la mesa era mucho más pequeña, y era para que la familia esté más unida, su padre en la cabeza de la mesa, tomando café, su madre a su derecha, tomando té, y enfrente de su padre Andrew, tomando, por el olor, chocolate.

Apenas dió un paso adentro y se dió cuenta de la incomodidad de la mesa, sus padres no separaban de sus bocas sus tazas, y al no recibir saludo se dió cuenta que su presencia no había sido percatada.

Cuando tomo su lugar enmedio de su padre y Andrew, se dió cuenta de las miradas que estaba recibiendo Andrew por parte de las criadas, y aunque no las podía culpar, tenía puesta una camisa de seda blanca, que dejaba ver el contorno de su cuerpo, y un chaleco con bordes de colores verdes y azules, que gracias a lo estrecho que le quedaba, definía su espalda, aunque aún era delgada, ya no estaba en tan mal estado como el día anterior.

Cuando alzó la mirada vio que Andrew le sonreía, sintió como el calor subía por su rostro por verse descubierta.

- Buenos días. - dijo Elsa para distraer su mente.

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