Una Historia Diferente.

Cara a cara.

Como siempre, muchas gracias por todo el apoyo.

Y ya saben, nada me pertenece, yo solo ocupo los personajes sin fines de lucro.

Capitulo VI. Cara a cara.

Elsa tardo un poco en procesar lo que le había dicho su hermano.

Y en cuanto lo hizo, sintio como la sangre corrió a su rostro, sentía el ardor del rubor y como éste le quemaba hasta las orejas. Claro que había recibido cumplidos antes, en los pocos bailes a los que había asistido, ella era como un diamante enmedio del carbón, como una rosa entre la maleza, como la luna en una noche sin estrellas, y por supuesto que la gente a su alrededor solía decirle aquello, pero esas simples palabras salidas de los labios de su hermano, no sé sintieron como aquello. No sabía por qué, pero un millar de mariposas se dispararon en su estómago, revoloteando y haciendo estragos en su abdomen. La franqueza de lo dicho, la mirada de esos ojos que anhelo tanto tiempo volver a ver.

Y lamentablemente para ella, no podía ver en el hombre frente ella, al niño que jugaba junto con ella, que la despertaba en las noches por un poco más de diversión, que le pedía dormir juntos cuando tenía miedo, que le suplicaba que le leyera un cuento cada que terminaban las lecciones. No era el mismo niño, y ella misma no era la misma.

Y no podía con todo ello, así que se levantó y salio del comedor sin decir ni una palabra.

Camino a la biblioteca, y estando dentro se desplomó en uno de los sillones. Su corazón no dejaba de latir desesperado, y tuvo que poner su mano sobre de él para tratar que se calmara tan siquiera un poco.

No supo en realidad cuanto tiempo estuvo dentro, solo pudo salir de su trance cuando su estómago hizo un sonido exigiendo alimentos.

Salió de la habitación, y fue caminando con calma a la cocina, sus pasos eran cuidadosos, procurando no toparse con Andrew, debía poner en orden sus acciones, no podía seguir salir corriendo cada que se quede sola con su hermano.

Al pasar por una ventana lo vio, estaba sin camisa, solo con sus pantalones puestos y se sorprendió de lo rápido que se estaba recuperando, su cuerpo pese a estar cubierto de los hilos de sutura, no se veía ni la mitad de mal que el día anterior, pues sorprendentemente ya no se veía esquelético.

Elsa vio como Andrew tenía una espada en sus manos, y pese a que ella no lo noto, un guardia estaba frente de él con una espada de igual manera, Andrew blandia la espada con gracia pero con gran fuerza, su abdomen se marcaba con cada movimiento que hacía, su pecho había tomado forma, y podía ver como una ligera capa de sudor cubría su cuerpo, asiendo que se acentuará cada músculo.

Elsa reaccionó por un sonido a unos pasos suyos, desvío la mirada hacia el frente, y estaban las sirvientas que habían bañado a su hermano el día anterior, y le sorprendió que tuvieran sus manos sobre sus pechos, y nuevamente escucho el sonido, eran suspiros. Un pequeño malestar nació en su estómago, y con carraspeó llamó la atención de las dos mujeres, estás voltearon, y tardaron un par de segundos en quitar la mirada soñadora que tenían, cuando pareció que reconocieron a quien tenían enfrente, corrieron por el pasillo.

Elsa suspiro, volteo nuevamente a la ventana, y su hermano tenía en sus manos un cubo de agua, y cuando menos se dió cuenta lo vertió sobre el, su cabello cobrizo se obscurecío y con un par de sacudidas se quitó el exceso de agua de su rostro. Elsa vio como el agua corría por el cuerpo de su hermano. Cuando salió de su vista, siguió su camino, no podía dejar de pensar en el cuerpo de su hermano, y no se dió cuenta que chocó con alguien, bajo la mirada y frente de ella estaba Gerda, y la ama de llaves al parecer también estaba distraída, pues aún tardo un poco en voltear a verla.

- Niña Elsa, ¿Donde se había metido?

- Estaba en la biblioteca. - contesto Elsa.

- Bueno, sus padres solicitan hablar con usted en su despacho.

Elsa asintió y camino al despacho de sus padres, que en un tiempo será suyo.

Al llegar tocó la puerta.

- Pasen.

Elsa abrió la puerta, y al entrar vio a sus padres sentados detrás del escritorio, uno junto al otro.

El despacho era bastante grande, el las paredes estaban los libros de contabilidad del reino, y los libros de leyes y los libros preferidos de sus padres, en un costado una mesa con dos sillones y una pequeña mesa ratonera enmedio de ambos, del otro lado dos sillones igual, pero en vez de una simple mesa, estaba un tablero de ajedrez de mármol tallado, el escritorio, al igual que todos los muebles eran de madera de caoba, en acabados rústicos.

Elsa sentó en la silla frente al escritorio, y espero a que sus padres empezarán a hablar.

- Elsa, ¿Que piensas sobre que mañana sea la coronación?

Elsa se sorprendió un poco, pensó que tendría un par de días más, pero no le vio gran problema al hecho de hacerlo.

- No le veo problema. - Dijo Elsa poniendo sus manos en su regazo. - ¿Pero porque tan pronto?

La reina Iduna se reacomodo en su asiento, como si estuviera incómoda.

- Ayer junto a la disculpa por el retraso, enviamos aviso sobre el regreso de Andrew a Corona. - Dijo Agnarr, y Elsa asintió, no sabiendo como eso tenía que ver con la coronación. - Hoy recibimos una carta de Corona, como sabes, las leyes allá no son tan flexibles conforme a la coronación como aquí, y por eso tu prima Rapunzel no ha podido ser coronada aún.

Elsa asintió, su prima debía ser reina desde hace tres años, pero la ley de Corona decía que para ser rey o reina en Corona, se debía estar casado.

- Y pues, se nos ha pedido que se arreglé un tipo de cortejo con Andrew.

Elsa sintió como si un balde de agua fría cayera sobre su estómago, eso significaba que su hermano apenas regresando, se podía ir a un mar de distancia.

- Y nosotros aceptamos.

Elsa no podía pensar con claridad, su mente era un gran remolino, solo pudo asentir y pedir permiso para retirarse.

Con pasos lentos se adentro a su alcoba. Su apetito se había ido, y no respondió cuando le llamaron a comer.

En medio de la noche, oyó la puerta de la alcoba de un lado abrirse, ella sabia que su hermano había salido nuevamente de su habitación, pero sin que ella se diera cuenta, lo siguió.

Al contrario de la noche anterior, no fue al salón de juegos, si no que se adentro más al castillo, donde estaban las antiguas catacumbas.

Elsa solo sabía de su existencia, pero nunca había estado ahí en persona, las paredes húmedas, y la poca luz de una antorcha que llevaba su hermano, era lo único que alumbraba su camino, pero al estar un par de pasos detrás, tenía que poner sus manos en las paredes para no caerse.

Vio a Andrew entrar a un cuarto, y al seguirlo, vio como Andrew apagó su antorcha, y por unos momentos no vio nada.

Pero solo fue un segundo, donde la habitación de pronto se ilumino hasta el último rincón.

Andrew hizo un par de llamas en sus manos, el fuego bailaba entre sus dedos, y al estirar sus manos dejo que este corriera por la habitación, todo el cuarto era un mar de fuego, pues las llamas tomaban formar tan únicas como sorprendentes, eran como las olas del mar, una tras otra, y enmedio de ellas salieron unas ballenas nadando libres. Elsa veía fascinada el poder de su hermano, no era como el de ella, era más efímero, pero con más pasión que el suyo.

Vio como el fuego se disipaba, solo para ser reemplazado por otro, y tomar más formas.

Pero de pronto todo se apagó.

- ¿Tampoco puedes dormir?

Elsa pese a las penumbras vio el rostro de su hermano, justo enfrente suyo, podía sentir como su calor corporal era tanto como una tarde de verano, y sentía su aliento golpear su rostro, y es cuando se dió cuenta, que su hermano era más alto que ella.

Y estuvieron Cara a Cara.