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─Chico citadino, tu vienes conmigo.

Bueno, no sé cómo supe que esa orden iba dirigida hacia mí. Nadie me había llamado jamás así. Puede que fuera porque reconocí la voz. O puede que lo notara sencillamente por la proximidad. Ser elegido me irritaba pero también tenía cierta emoción. Traté de controlar a mi frenético corazón mientras me giraba lentamente hacia Jaebum.

─¿Cómo me llamaste?, ¿chico citadino?

─Lo eres, ¿no?

─Solo he vivido en Seúl por 5 años, supongo que eso me hace citadino. Pero ¿por qué tengo que ir contigo?

Él se cambió el peso de la mochila de hombro. Era el doble de grande que la mía. Si yo hubiera cargado con eso ya estaría doblado hacia atrás, pero él estaba tan normal, como si no pesara nada.

─Porque eres nuevo y tengo que comprobar cuáles son tus habilidades. Iremos primero.

Sus dos lunares sobre su ojo izquierdo parecían tan perfectos en él, que me tomé cierto tiempo en apreciarlos aún cuando sabía que su mirada me veía con desafío.
Por toda respuesta me despedí de él con sarcasmo. Para mi sorpresa, él arrugó los labios como si reprimiera una sonrisa. ¡Se burlaba!

─Bonito colgante. Es el símbolo del celta guardián ─dijo en voz baja.

Si hubiera dicho algo acerca de My Little Pony no habría podido sorprenderme más. No parecía el tipo de persona que pudiera importarle la simbología celta. Me llevé la mano al colgante por instinto.

─Si, ya lo había escuchado. Era de mi madre

─Entonces es un colgante muy especial.

Quise añadir que eso era bastante obvio pero cuando sostuvo mi mirada me olvidé de todo. Fue como si fuéramos las dos únicas personas que existieran en el mundo. Por un momento dejó de ser mi jefe. No era más que un chico que había conocido el año pasado, un tipo chico con el que cualquiera soñaría. No sabía porque pero deseaba cumplir, en ese preciso instante, el deseo que había formulado la noche anterior. Él bajó la vista hacia mis labios como si estuviera pensando lo mismo que yo.

De pronto pareció enfadarse consigo mismo, tal vez porque Sanjoy nos observaba con curiosidad a los dos sin tratar de ocultarlo.

─Nos vemos allí delante en cinco minutos ─soltó de pronto Jaebum. Y luego miró a Sanjoy de arriba abajo con una expresión antipática y añadió─: Asegúrate de que vas siempre pegado a un guía, Sanjoy. No quiero que te pierdas.

Sanjoy entrecerró los ojos y observó a Jaebum hasta que desapareció. Mantenía una expresión de desagrado que parecía salir de él rítmicamente, por oleadas. Yo normalmente no era tan sensible a la gente, pero el hecho de estar en el bosque parecía sacar de mí los instintos más básicos. Quizá se debiera al tema de volver a estar en plena naturaleza. Pero no había duda de que entre ellos había tensión.

─¿Quién lo puso a cargo? ─preguntó de repente Sanjoy.

─Los guardabosques del parque, creo. Se supone que es verdaderamente bueno. He oído decir que pudo localizar a una familia que se había perdido cuando todo el mundo parecía incapaz de hacerlo.

─¿En serio? ¿Y cómo lo hizo?

─Siguió las huellas o algo así. Tendrías que preguntárselo a él.

─Si, como si fuera a contármelo.

─¿Acaso ustedes se pelearon?

─No, pero no me sorprendería que terminara pasando. Ese tipo tiene algo en mi contra.

Sanjoy no parecía un matón. Sin duda Jaebum le daría una paliza, pero no creo que a Sanjoy le gustaría oír lo que yo opinaba acerca de su escasa destreza en las peleas.

─No merece la pena ─dije yo.

Sanjoy giró la cabeza y me miró. Esbozaba una extraña sonrisa.

─No crees que pueda ganar, ¿verdad? ─ladeó la cabeza sin dejar de sonreír─. No te dejes engañar por que parezco sólo un cerebrito. Soy perfectamente capaz de pelear.

─No lo dudo ─contesté. Fue lo único que se me ocurrió. ─Como sea, es mejor que me vaya.

Me tomó del hombro un segundo y luego dijo:

─Eh... tengo una cosa para ti.

Entonces se metió la mano en el bolsillo, sacó un pequeño paquete y me lo tendió, diciendo:

─Feliz cumpleaños.

Yo alcé la vista hacia él, sorprendido

─¿Cómo te enteraste?

Me pareció notar un leve rubor en su rostro.

─Anoche no podía dormir. Estaba dando un paseo. Y ví la fiesta.

¿Nos había seguido? ¿Era él a quién yo había oído?

─¿Por qué no dijiste nada, por qué no te uniste a nosotros?

─No soy de meterme a fiestas donde no me han invitado. Ábrelo.

Lo hice. Dentro había una muñequera de cuero trenzado.

─¡Whoa, gracias! Está genial.

Yo lo miré con una sonrisa radiante.

─No es que haya mucho de donde elegir. Más que nada hay material para ir de campamento y recuerdos baratos

─No hay problema, me encanta ─aseguré yo para, instantes después, ponérmela en la muñeca.

─Entonces quizá podamos vernos luego ─dijo él.

─Habrá toque de queda ─le aseguré yo. Y aunque no sabía muy bien por qué razón, no quería que perdiera las esperanzas así que terminé añadiendo─: Haré lo que pueda.

No era como si fuéramos a estar juntos, solos, o como si fuéramos a salir. Estábamos muy limitados por el grupo, pero aun así podíamos divertirnos.

Poco después yo traté de alcanzar a Jaebum. No era más que el primer día, pero a esas alturas yo ya estaba realmente confuso acerca de unas cuantas cosas: la atracción que sentía por Jaebum, y el interés que Sanjoy despertaba en mí. Sin duda Sanjoy era la apuesta más segura. La cuestión era: ¿deseaba yo la seguridad?

02.03.19

#1GO MOONLIGHT || 2JAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora