#1GO MOONLIGHT || 2JAE ✔

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Para ser una palabra habitual, ese nosotros tenía grandes consecuencias. Nosotros podía referirse a la raza humana. Bueno, excepto que él no era humano, o no completamente. Por lo menos, yo no pensaba que lo fuera.

Nosotros podía significar que como yo fui quien lo salvó, estaba destinado a seguirlo a donde fuera. En alguna cultura, cuando una persona salvaba la vida de la otra, ambas quedaban ligadas para siempre. Lo había leído en alguna parte. Mi mente balbuceante buscaba una explicación para ese nosotros. Puede que significara que...

Demonios, ¿a quién pretendía engañar? Solo podía referirse a una cosa, y no era a la cosa a la que yo quería que se refiriera. Nosotros. Fuera él lo que fuera, él me incluía a mí en ese círculo de seres extraños. Yo no era un lobo. Y ya llevaba sobre mi espalda suficiente equipaje de locos con el que cargar. No tenia intención de añadir una anomalía física a la lista.

Chiyeol gimió.

Jaebum me tomó de la mano

─¡Vamos!, tenemos que irnos antes de que suene la alarma.

Sacudí la cabeza.

─Yo no soy como tú.

─Podemos discutirlo más tarde. Tenemos que irnos.

─Yo no voy.

─Youngjae, en menos de cuarenta y ocho horas todos sabrán sobre ti, y entonces serás tú la que esté en la jaula. Si es que sobrevives...

─¿Perdón?

─Necesitas ayuda en eso... Hablaremos más tarde. Ahora vámonos, por favor..

La cosa se ponía cada vez mejor. No solo me estaba diciendo que me cubriría de pelo, sino que además podría morir durante el proceso. Mi mente luchaba por asimilarlo. Yo era humano. No era como él. Y, ¿quién más estaba dentro de nosotros?, ¿cuántos había? Era incapaz de comprender el sentido de nada de lo que me estaba diciendo. Era demasiado. Me negaba a comprender.

La idea era una completa locura.

Chiyeol gimió más fuerte y trató de ponerse en pie. Jaebum y yo estábamos entre las sombras, pero Chiyeol no tardaría en vernos.

Según parecía, a Jaebum se le había agotado la paciencia, porque en ese momento me cargó sobre su espalda y antes de poder recuperar el aliento para protestar, él ya estaba corriendo.
Muy bien, me quedaba claro que humano no era, me había cargado como si nada y además, corría muy de prisa. No podía creerlo. Debía ser un sueño, por Dios.

Yo seguía aferrado a mi linterna. Pensé en darle un golpe en la cara, eso lo detendría al instante y lo obligaría a soltarme. Pero no lo hice. Simplemente me quedé ahí, colgado, viendo las sombras borrosas.

Tú eres uno de nosotros.

Yo soy uno de ellos.

Pensé en todo el miedo que había ido creciendo en mí; un miedo sin pies o cabeza. Reflexioné sobre todas esas extrañas sensaciones que había tenido y que nunca pude comprender.

Me convencí de que eran miedos normales, de todo adolescente, cambios rutinarios.

Yo no era uno de ellos. Jaebum se equivocaba. Cabía la posibilidad de que él sólo quería que yo lo fuera. Porque se equivocaba. No era como él. Yo era normal. Yo era Choi Youngjae, un ciudadano de Seúl muy común.

Y no estaba dispuesto a convertirme en un hombre lobo.

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