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La cascada caía y formaba un estanque. Jaebum me había comentado que más arriba, un río era el que suministraba el agua de la cascada. Jaebum me llevaba otra vez de la mano y me guiaba alrededor del ondulante perímetro del estanque. Las hierbas sobresalían de entre las rocas.

Mientras nos acercábamos a la cascada, más temía atravesarla. El agua bajaba a una potente velocidad y el eco que producía lograba enmudecer cualquier sonido. Nadie que hubiera estado a nada de ahogarse estaría tan cerca de una corriente así. Parecía que podía matar a una persona.
Jaebum tiró de mi brazo para pasar detrás de la cascada. Encendí la linterna frente a la cortina de agua antes de que Jaebum me arrastrara al abismo. Cuando me soltó quise gritar que estaba muerto si se le ocurría dejarme ahí, pero era ridículo.
Dentro, todo estaba más silencioso y la cascada ya no se oía, era interesante. Giré el haz de luz hacia la caverna. No éramos los primeros en habitarla.

─Esta es una de nuestras guaridas ─explicó Jaebum mientras se agachaba para encender un farol que funcionaba con pilas.

Mi linterna proporcionaba menos luz, así que la apagué. Podría necesitarla en otro momento, no gastaría la batería más de lo necesario. Además, me sentía a salvo con ella; tal vez por que mi padre adoptivo fue quien me la dio.

En ese momento, deseé que fuera mi verdadero padre. De ser así, nada de lo que estaba por ocurrir sería real. Es más, nada era real. Porque si verdaderamente era genético, entonces mis padres habían sido lobos. Y de se luego que no lo fueron. Ellos no se curaron como Jaebum después de que Sanjoy le disparó. Ellos murieron.

─¿Tienes hambre? ─preguntó Jaebum, sacándome de mis pensamientos malhumorados

─No, tengo sed.

Me lanzó una botella de agua, estaba fresca.

En la cueva había cajas de plástico transparente y dentro de esas cajas habían provisiones. De ahí Jaebum sacó una barra de cereales y mientras la comía sacó una manta. Se acercó a mí y me la puso sobre los hombros.

─Creo que lo necesitas más que yo ─dije─. Yo al menos llevo una camisa.

─Siempre puedes quitártela ─respondió al tiempo que me guiñaba un ojo.

Comencé a toser porque lo dijo justo cuando tomaba un trago de agua. Genial.
Jaebum de acercó y comenzó a darme suaves palmadas en la espalda.

─Lo siento, mal momento para bromas. Pero no te preocupes por mí, hay más mantas o bien puedo transformarme. Está bien.

El se dio la vuelta como si estuviera avergonzado. El aire se volvió pesado por la incomodidad del ambiente.
Observé como sacó más mantas y un par de sacos de dormir. Abrió uno y lo extendió en el suelo.

─O bien podríamos acostarnos juntos ─comenté tratando de aligerar el ambiente. Y con una nerviosa sonrisa añadí─: Compartir el calor corporal puede funcionar.

Si estaba sorprendido, no lo demostró. Simplemente sonrió con alivio y se acostó en un lado del saco. Con más valor de lo que esperaba tener, hice lo mismo acostándome a su lado con cuidado.
Estaba más que nervioso. Anteriores ocasiones si había compartido mi saco de dormir, con Bambam por ejemplo. Pero en esa ocasión solo pensaba en lo que Jaebum me había dicho. Él era mi pareja.

─No serás alérgico a ti mismo ─soltó Jaebum, de pronto.

─¿Qué?

Él giró su cabeza, me miraba directamente a los ojos. Y yo sentí mi estómago revolverse.

Jaebum era demasiado atractivo para mi salud mental.

─Me habías dicho que eres alérgico al pelo, pero subiste a mí cuando me transformé y no tuviste ningún tipo de reacción negativa.

#1GO MOONLIGHT || 2JAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora