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─¡Pero si fuiste tú el que comenzó a hablar de hombres lobo!

─Como leyenda.

─Pero hablabas igual que un predicador, soltando el evangelio del hombre lobo. Esa es la razón por la que Youngjae te preguntó si creías en ellos. Tú metiste la pata tanto como yo.

─A partir de ahora tenemos que estar más alerta, tener más cuidado con lo que decimos.

─Ya te lo dije: no fui yo quién empezó.

─En serio, Sanjoy, cualquiera de nuestros guías podría ser lo.

Tuve que taparme la boca con ka mano para no explotar en una carcajada.

─Apostaría por Jaebum ─dijo entonces Sanjoy. Eso me dejó estático─. Ese tipo es demasiado callado. Es inquietante como puede quedarse tan quieto. ¿Y por qué siempre desaparece cuando nos paramos a descansar? ¿Qué hace cuando se va?

─Ya lo sabremos.

Me quedé ahí de pie, atónito, mientras sus voces se iban apagando progresivamente al alejarse a sus respectivas tiendas. Pero ¿de qué estaban hablando realmente? ¿Creían que los serpas éramos hombre lobo, que Jaebum era un hombre lobo?

La sola idea de que la gente pudiera metamorfosearse para convertirse en un animal era ridícula, pero el hecho de que alguien pudiera creerlo seriamente resultaba aterrador. Pensé en todo el equipo que transportaban. ¿Llevaban una jaula dentro del cajón gigante de madera? ¿Iban a tratar de capturar a un lobo? ¿Y cuando se dieran cuenta de que el lobo era simplemente un lobo, qué pasaría?
Yo sabía que había gente que creía en todo tipo de cosas inexistentes, y eso era lo que parecía que me ocurría al profesor y a sus estudiantes.

Caminé con toda la precaución y el silencio que fui capaz hacia los árboles. Ni de broma quería que ellos me oyeran, que supieran que los había oído. No es que pensara que iban a asesinarme para obligarme a callar ni nada por el estilo, pero estaba asustado ante la idea de que había salido de expedición para cazar a un hombre lobo. Aunque, en realidad, ¿dónde estaba el verdadero peligro? La gente observaba el cielo en busca de ovnis. Algunas personas estaban convencidas de que habían sido examinadas por los alienígenas o de que habían subido a sus naves. Otros invertían en sofisticados equipos para detectar la existencia de fantasmas. Así que, en realidad, quizá no fuera tan raro que alguien creyera en los hombres lobo. A mí me parecían fantasías animadas, mientras no hicieran daño a nadie, tenían derecho a explorar el bosque.

En cuanto llegué a un punto en el que creí estar lo suficientemente lejos como para que nadie me viera, encendí la linterna. La luz siempre me proporcionaba cierta confianza, pero por extraño que parezca, en aquel momento me sentía tan reconfortado por los árboles que me rodeaban como por todo lo demás. Oí el roce de las hojas al soplar la brisa, y casi me pareció escuchar una canción de cuna.

Quizá estuviera loco pero me pareció oír a mi madre cantar. No creía en los fantasmas pero si en el alma, el espíritu o lo que sea que nos hace ser quienes somos, sigue vivo más allá de la muerte. Así que, después de yodo, creer en los hombres lobo no era tan alocado.

─¿Te diriges a algún lado, chico citadino?

Giré el haz de luz de la linterna hacia el lugar de donde procedía la voz. Jaebum estaba de pie a mi lado. Ni lo había oído llegar. ¿Cómo pudo acercárseme tan sigilosamente?

Apreté una mano contra el pecho, donde el corazón me latía tan deprisa, que parecía poder romperme una costilla.

─¡Casí me da un infarto! ─exclamé en tono acusador.

Y con razón.

─¿Qué haces aquí fuera? ─preguntó.

─No podía dormir, ¿tienes algún problema con ello?

#1GO MOONLIGHT || 2JAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora