Capitulo 6

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Era de noche cuando llegaron al departamento. Habían tenido que deshacerse de la nave robada y caminar un largo trecho hasta la ciudad. Rick tomó el control de la mesita de la sala y encendió el televisor.

–¡Qué día! ¿No, Jessica? –dijo reclinandose en el sofá, a la vez que se quitaba las botas. La pelirroja cruzó los brazos mirándolo con odio.

–¡Sí, vaya día! –comentó con marcado desprecio. Rick cambió entre los canales hasta encontrar el que buscaba y la programación comenzó.

"Hoy en un nuevo capítulo de Amor, celos y odio... Cassandra le deja una carta de amor a Marco, pero parece que Andrea se interpondrá de nuevo en este romance...

Después de la voz del presentador, comenzó una pésima telenovela mal actuada sobre unos estudiantes universitarios. Una chica pasaba detrás de un grupo de chicos y dejaba un papel en la mochila de uno de ellos.

–Es la única forma en que puedo declararle mi amor a Marco –dijo la protagonista mirando de lejos al susodicho– Espero que se fije en mi..."

–¡No Cassandra ese tipo no te conviene! –exclamó Rick tomando la botella de cerveza que el robot Wall-E le trajo. Jessica rodó los ojos y se encaminó al cuarto de baño.

–Voy a darme una ducha... –dijo. El caza recompensas de inmediato se giró para mirarla.

–¿Haces de cenar? –preguntó. Pero la pelirroja solo le hizo una ceña con el dedo medio de la mano y se encerró en el baño.

*********

A la mañana siguiente Jessica no quiso levantarse. Tuvo problemas para dormir pues soñó cosas extrañas de que estaba en prisión y tenía los diez hijos, mismos que después se comía un monstruo. Se quedó un rato acostada asimilando todo lo vivido cuando escuchó unos golpes en la puerta.

–Jessica, nena... ¿puedes preparar el desayuno? –dijo la adormilada voz de Rick del otro lado.

–¡Prepáralo tú! –contestó cubriéndose la cabeza con la almohada. Los llamados a la puerta se repitieron.

–¡P-Pero a ti te queda delicioso!

La pelirroja se sentó sobre la cama. Estuvo de gritarle que solo decía eso para que ella accediera, pero se dio cuenta de ella también tenía hambre y no quería arriesgarse a que Rick prepara algo horrible. Se levantó y salió de la habitación sin decir nada para luego ir a la cocina. Al verla, Rick sonrió.

–¡Esa es mi chica! –dijo.

–No soy tu chica y después de esto me llevarás a la dimensión segura... –contestó la joven.

–¡Claro, ya encontré una!

–Que bien...

La verdad es que sí extrañaba un su vida. La escuela, sus amigos, su familia, ir de compras los fines de semana o al cine... Deseaba todo eso de vuelta.

Preparó tostadas francesas y café. Rick se sentó a desayunar gustoso, se veía bastante animado.

–¿Entonces ya encontraste la dimensión segura? –preguntó ella al cabo de unos minutos. Rick asintió.

–Sí, es una dimensión sin Jessica y al parecer también sin Rick...

–¿Qué le pasó a la yo de ahí?

–No lo sé, solo desapareció... como sea ya lo averiguaremos.

La pelirroja ya no hizo más preguntas, aunque algo dentro suyo le hizo desconfiar.

Bounty hunters AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora