Hoseok apenas tiene 17 y a esa edad acaba descubriendo sobre su sexualidad, o más bien, Tae sexualidad.
Taehyung es todo lo contrario a Hoseok, él tan solo derrama arcoíris por donde va, sin importarle lo que diga la gente.
Hoseok se odia.
Tae se am...
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Eso había estado mal.
Era algo mal visto que dos hombres se besaran, y por lo tanto era incorrecto. ¿Qué le había pasado? ¿Por qué aquel impulso de besar a Taehyung?
Pero es que no podía, verlo era ahora lo prohibido, recordó cómo en ese momento sus labios le habían parecido tan apetitosos, tan suaves y rojos. Como solo se concentró en él y en nada más. Entonces, ¿estaba enamorado? ¿Así se sentía el amor?
No.
Solo estaba confundido, sí, era más que obvio. No podía ser gay, simplemente no. ¿Y sus padres? ¿Que le dirían? Era más que obvio que no lo recibirían con los brazos abiertos. No, no y no.
Durante el camino casi es atropellado por un carro. Se disculpó con éste y luego salió corriendo.
Vio un parque a lo lejos y caminó para llegar hasta él, se sentó en aquella banca y empezó a llorar, estaba sacando todo lo que no podía con palabras. Estar así le dolía, estar tan confuso y sin saber qué hacer. La vida era injusta, más con él. Después de media hora de estar en aquel parque regresó a su casa, donde, como siempre, no había nadie más que su hermana. La cual se veía muy feliz
—¡Escuché que te besaste con Joy, sabía que aún había algo entre ustedes! — Hoseok por un momento se paralizó, pues pensaba que se refería al beso con Taehyung.
—Claro, aún la quiero.
Mentiras. Te mientes a ti mismo.
—La extrañaba mucho.
¿No te cansas de ser tan mentiroso?
—Es perfecta.
Estúpido, gran estúpido.
—Awwww, Joy se pondrá muy feliz usando le cuente. ¿Piensas en regresar? — Hoseok miró el vacío.
—Es lo más probable, lo más correcto...
—¿Eh? — Yeri puso cara de confusión.
—Nada, hablaré con ella más tarde, ¿puedes dejarme solo en mi habitación? — Yeri aceptó. — Gracias, y cuando venga mamá dile lo mismo.
Se encerró en su cuarto dando un portazo y empezó a llorar. Estaba tan confundido que ni él se entendía.
Estaba seguro de que le gustaban las chicas, entonces, ¿por qué desde que había conocido a Taehyung sus sentimientos habían cambiado?
Todo era su culpa. Toda la culpa la tenía Taehyung.
Si aquel chico de cabello pelirrojo nunca hubiera entrado en su vida, estaría cien por ciento seguro de sus sentimientos. No tendría duda alguna.
Ahora tenía claro lo que debía de hacer. Tenía que alejarse de Kim Taehyung.
Pero... no podía, no quería. Cuánto más recordaba su rostro, sus expresiones, su cabello, su olor y sus labios...dios, esos labios, más se confundía . La vida era muy injusta. Y volvió a llorar. Por frustración, por odio, todas sus emociones en una sola acción, gritó, pataleó e incluso rompió varias cosas.