Hoseok apenas tiene 17 y a esa edad acaba descubriendo sobre su sexualidad, o más bien, Tae sexualidad.
Taehyung es todo lo contrario a Hoseok, él tan solo derrama arcoíris por donde va, sin importarle lo que diga la gente.
Hoseok se odia.
Tae se am...
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Hoseok estaba muy asustado.
Ver a Jungkook ahí y con aquella arma lo hizo querer huir de ahí con Tae.
— Hoseok, vete.
—Eso es, dile que se vaya, que vuelva a huir de sus problemas.
—No lo haré.
Jungkook emitió una risa.
—Déjame decirte que tienes una gran historia detrás, Jung Hoseok, tu padre me sirvió muy bien, ahora para no hacerte daño, vete. — Hoseok, aún con miedo, se puso enfrente de Jungkook, mientras éste aún sostenía el arma.
— Te lo vuelvo a repetir, no lo haré. Dispara si quieres.
—¡No! — gritó Tae. — Jungkook, entiende que yo amo a Hoseok, no puedes hacer nada en contra de eso. Todos los planes que has intentado no te han funcionado, entiéndelo Kook. Ya basta.
Jungkook empezó a negar.
— No, no, tú debes estar conmigo, te dije que me perdonaras, íbamos a empezar de nuevo y...
—Jungkook, como amigos. Solo quería recuperar a mi amigo de la niñez. — algunas lágrimas empezaron a caer de las mejillas de Jungkook. Sin darse cuenta de que bajaba la guardia.
— N-No, tienes que amarme... ¡tienes que hacerlo! — y justo cuando iba a dispar Hoseok se abalanzó hacia él y bajó el arma, provocando que el disparo saliera hacia el piso, alarmado a los demás del hospital.
—¡Suéltame, no me toques! — gritaba Jungkook.
Hoseok a pesar de no tener tanta fuerza, hizo lo posible por sostenerlo hasta que llegara alguien que los ayudara.
Y fue en cuestión de segundos que unos policías entraron a la habitación, llevándose a Jungkook esposado, mientras guardaban el arma.
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2 meses después...
—Quiero denunciar a Jeon Jungkook.
—¿Causa?
—Asesinato.
(***)
— ¿Me puede repetir el nombre?
— Jung Kwan. Ha hecho mucho daño a su propia familia, necesitan encontrarlo.
—Lo haremos.
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4 años después...
De nuevo estaban a la normalidad, ambos eran libres. Podían amarse tanto como quisieran. Ya no habrían secretos, ni mucho menos tendrían que esconderse.
Su amor era algo mágico a los ojos de sus amigos y familiares, y lo más importante, para ellos mismos. Después de que Tae recuperara la memoria, las cosas mejoraron aún más.
Aquel día celebraban el cumpleaños de uno de los amigos de Tae, Jimin.
Todos estaban felices y divirtiéndose en aquella casa que ahora le pertenecía a Tae, donde vivía con su novio, pero Hoseok se dio cuenta de algo inusual en Jimin, para empezar, se notaba decaído, no se paraba a bailar aún cuando era su especialidad, y aunque no lo quería decir en voz alta, se le notaban algunos golpes.
Se acercó a él para poder hablarle.
—Hey, Jimin. ¿Qué tal todo? – Jimin tomó otro trago a su cerveza para después contestarle.
—Mal, Yoongi no vendrá.
— ¿Qué? Pero si él fue el que organizó todo esto...
—No vendrá. — de repente empezó a llorar. — Creo que lo perdí Tae...lo perdí.
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Tae y Hoseok estaba recostados en el sofá de la casa y Jin, donde se celebraba el cumpleaños.
—Hobi, ¿Sabes que te amo demasiado, no?
— Lo se Tata, yo también te amo demasiado.
—Hemos pasado por tantas cosas...
Ambos se vieron a los ojos, y recordaron la vez en la que se enamoraron.
—Hobi, me gustaría preguntarle algo.
—¿Sí Tae?
—¿Quieres casarte conmigo?
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