dieciséis

3.3K 223 11
                                    

1 día restante.

Pensé que lo había aceptado. Pensé que lo iba a superar. Pero todo lo contrario.

Estaba acostada en el sillón, ese donde siempre nos sentábamos para chapar o simplemente abrazarnos. Pero era todo pasado ahora. Eran memorias.

Pensé en llamarla a Valentina y así lo hice. Quería estar sola, pero también sabía que hablarle a alguien me iba a ayudar, más si era ella.

Me sentía horrible porque lo extrañaba a Paulo, pero también por el enojo que tenía. Por un lado, él no me creyó cuando le dije que no había hecho nada con Mauro, pero por el otro yo no había hecho casi nada para evitarlo.

¿Qué me pasaba?

—Va a estar todo bien, seguro se toma un tiempo y vuelven —me dijo Valen acariciándome el hombro.

—Pero no va a ser lo mismo de antes...

—Acordate que vos le creíste cuando lo viste con Rocío —tragué saliva, estaba a punto de llorar de nuevo—. ¿Por qué él no te cree ahora?

Asentí. Era cierto. Pero capaz no era lo único que había hecho que se fuera. Algo más tenía que haber.

—Yo lo amo a Paulo —siguió—, pero lo que está haciendo no está bien.

Acurruqué mi cabeza en sus piernas. No entendía por qué en tan poco tiempo Paulo me había enamorado.

Eso me atormentaba los pensamientos. Me había hecho un mambo yo solita. Tenía que despejarme un poco.

—¿Querés salir de joda hoy? —preguntó Valen.

—Voy a ver —suspiré.

—Te va a venir bien. Ahora me tengo que ir —comentó mirando su reloj.

La acompañé abajo y la vi caminando hacia un taxi mientras me saludaba con la mano y yo le devolvía el gesto.

De repente, me sentí mareada. Así que salí a caminar. Me fijé en mi billetera si tenía plata, y así era, entonces me fui a un local de ropa que me gustaba mucho.

Si iba a salir de joda, tenía que estar linda. Estaba más indecisa que nunca, pero logré elegirme un conjunto para la noche.

Cuando volví al departamento, me sentí cansada. Me fui al cuarto de Paulo, no supe por qué, ya no tenía control de mí. En cuanto me acosté me dormí profundamente.

Desperté a las 11 de la noche. ¿Cuándo pasó tanto tiempo? Entré a Whatsapp y había cientos de mensajes de Valentina.

Me vestí rápido con lo que me había comprado y salí directo al boliche.

—Perdón por llegar tarde —le dije a mi amiga.

—No pasa nada —sonrió—. Vamos a tomar algo.

Pedimos dos birras y fuimos a bailar.

Me la estaba pasando re bien pero empecé a sentir que todo daba vueltas.

—Voy afuera un rato —le comenté a Valen y ella asintió.

Me fui hasta la esquina y me apoyé contra un palo. No podía sostenerme con mis piernas, no sabía qué me pasaba.

Con dificultad pude reconocer unas pisadas apresuradas que se acercaban a mí. Cuando me doy vuelta en dirección al sonido siento que me tapan la boca y la nariz con un pañuelo.

Todo estaba negro.

Ya eran las doce.

///✨///

Se viene lo interesante ahre

Los loveo demasiado, gracias infinitas por el apoyo ❤️

roomies ; Paulo Londra y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora