cinco

6.8K 398 108
                                    

Estuvimos un largo rato así, besándonos y abrázandonos. Nunca había sentido algo así por nadie antes. Tuve novios, pero ninguno me hizo sentir esto, ni nada parecido, tan segura de ser yo misma.

Ya era el mediodía y ya me estaba dando hambre.

-¿Querés ir a comer a algún lado? -le pregunté al rubio que me volaba la cabeza.

-¿No te gustaron mis fideitos? -me contesta y nos reímos.

Fuimos a un restaurante que estaba cerca. La comida estaba muy rica y el lugar estaba bastante lleno, aunque era un poco tarde ya. Me resistí, pero al final Paulo pagó todo.

-Eu, me tengo que ir a ensayar y grabar cosas nuevas, ¿querés que te acompañe a casa? -me dice.

-No, puedo volver sola, no te preocupes. Andá tranqui.

Estaba volviendo al departamento cuando siento que me miraban, que me seguían. Me di vuelta como de impulso, y sí, había un chico atrás mío, observándome. Empecé a caminar un poco más rápido, sintiéndome culpable porque ni sabía si el pibe me iba a hacer algo, pero tenía miedo.

Me giro de nuevo, y él también aceleraba el paso, y cada vez se acercaba más a mí. Caminé todavía más rápido, lo más rápido que pude, lo juro, pero no pude más. Me agarró del brazo, casi me caigo, y me sacó la mochila que llevaba en la espalda. Ahí tenía boludeces y un poco de plata. El celular lo tenía en el bolsillo, por suerte no me lo vio. Me empujó a la vereda y se fue corriendo.

Me puse a llorar. No sé si era por el dolor que tenía en el brazo por el golpe contra el suelo o por el cagaso, pero lloraba sin parar. Me fui, mirando hacia todos lados hacia casa, mientras sollozaba.

Una vez que llegué me metí en el hall y me senté en el piso. Por ahí pasaba Mauro, bajando del ascensor, el pibe que me había encontrado ayer.

-¿__? ¿Qué te pasó? -me preguntó alterado.

-No, nada, me acaban de chorear todo -contesté entrecortada.

-¿En serio? Ya pasó -me dijo mientras me abrazaba. Me tocó justo donde me dolía y di un sobresalto-. ¿Te duele acá?

-Sí, pero no te preocupes, me caí y nada, me golpeé.

-Venite conmigo, así te puedo revisar.

Al principio me negué pero terminé yendo. Subí a su piso por primera vez, y aunque no lo estuviera viendo, sentía su mirada de pena sobre mí. Llegamos y esta vez no me cagué con el sonidito de mierda que hace el ascensor, y nos fuimos a su departamento.

-Sentate donde quieras, voy a traerte un vaso de agua.

Me acosté en el sillón y cerré los ojos sin pensarlo. Empecé a darle vueltas y vueltas a lo que había pasado mientras mi corazón latía a mil por hora. Por suerte, no me había pasado nada grave, pero el cagaso no te lo robo.

Mauro volvió y tomé el agua que me trajo. Me empezó a ver el brazo. Me dolía mucho cada vez que lo tocaba, pero igual me dejé porque me sentía segura con él, por alguna razón.

-Mirá, médico no soy, pero creo que no te pasó nada. ¿Querés hielo?

-Sí, gracias. Por todo -le sonreí y él hizo lo mismo.

★★★

Abrí los ojos con dificultad. Miré hacia todos lados inquieta. Ah, es cierto, no estoy en mi casa, ¿pero dónde mierda estoy? Estaba en un cuarto, muy diferente al mío. El brazo todavía me dolía, pero no tanto como antes. De repente, se abre la puerta.

-¿Ya te despertaste? Creo que tendrías que irte a tu casa, es medio tarde -me dijo el de pelito blanco, apoyándose contra la pared-. Tomate tu tiempo.

Me fijé la hora en mi celu. Eran las siete y media. LAS SIETE Y MEDIA. Creo que nunca en mi vida me la pasé durmiendo tantas horas en un día. También vi varias notificaciones de Paulo.

Paulo: __ donde estás?

Paulo: Estás bien?

Paulo: Donde fuiste?

Paulo: Respondé, porfa

Paulo: Eu, estás?

__: Estoy bien, perdón por preocuparte

__: Ahí voy para casa y te cuento todo

Agarré mi campera y le agradecí todo a Mauro una vez más. Había hecho un montón de cosas por mí, así que le prometí que le iba a regalar algo. Cuando volví a mi departamento, Paulo me vino a abrazar corriendo.

-Boluda, estaba re preocupado por vos, te llamé bocha de veces.

-Perdón, me quedé dormida. Pasaron muchas cosas...

-¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Dónde mierda estabas? -me preguntó, re nervioso.

-Me robaron, y cuando vine para acá me encontré con un vecino, él me ayudó con el brazo.

Paulo me lo agarró para mirarlo cuidadosamente.

-¿Posta estás bien?

-Sí, Mauro me ayudó.

-¿Mauro? -dijo en voz más alta de lo normal, frunciendo el ceño.

///★///

Holaa. Perdón por dejarlos con intriga xd

Mauro es Lit Killah, no Duki ahre.

Si les gustó voten y comenten que me re ayuda a seguir.

Los quiero ahre ❤

roomies ; Paulo Londra y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora