¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Imposible— respondió por quinta vez negando con su cabeza con rapidez.
La pequeña niña de cabello castaño levemente ondulado abrazaba a su peluche de felpa desde el otro lado de la mesa y miraba con atención al hombre que tenía enfrente suyo.
—¿Cómo mierda no hubiera sabido que dejé embarazada a una chica? ¿Cómo carajos no me habría enterado de tu existencia?— explicó moviendo sus manos.
La castaña frunció el ceño ante las groserías que soltaba al aire el hombre, se acomodó en el asiento y bufó.
—Te he dicho todas las pruebas que tengo y mamá jamás me mentiría, Shawn— respondió sincera.
Colocó su cabello hacia atrás y se levantó inmediatamente del sillón cuando vio entrar a su manager por la gran puerta de su departamento.
—Esto está mal, muy mal— habló con rapidez acercándose al hombre que había sido como un segundo padre para él.
—¿Quisieras explicarme en qué te has metido esta vez? Quiero creer que es una jodida broma lo que me has dicho al teléfono— advirtió.
—Checa por ti mismo— dijo haciéndose a un lado dejando a la vista de Andrew a la pequeña niña.
Se encontraba mirando con atención una de las tantas repisas que contenían los premios que había ganado el cantante a lo largo de su extensa carrera.
—Hey niña, ven aquí— mandó Shawn, llamando la atención de ella.
Andrew sintió un nudo en el estómago, como había dicho el cantante, esto era malo, muy malo.
—¿Cómo se llama?— susurró el manager en el oído de este otro.
—¿Cómo dices que te llamas?— preguntó sin descaro alguno.
Estaba tan concentrado en todo lo que le había dicho aquella niña que lo menos que le importaba en ese momento era en aprenderse su nombre.
—Skylar— respondió rodando sus ojos ante lo poco educado que estaba siendo su padre.
El hombre mayor dio unos pasos hacia atrás y los miró con atención, pasó sus manos por su rostro y negó.
Llamó a Shawn con una señal de mano, ordenándole que se acercara a él.
—Es bastante idéntica a ti— confesó con pesadez.
Sky se cruzó de brazos y sonrió triunfante.
—¿Se parece a mi?— preguntó aterrizado.
—Puede ser pura coincidencia, a lo largo de tu carrera cuántas mujeres han dicho que están embarazadas de ti, debe estar mintiendo— explicó dudoso trabando de calmar al cantante.
