Palabras: 1476 Playlist: Moving Along - 5 Seconds Of Summer Sober - Selena Gomez
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"Es malo que espere que estés destrozada ¿Es malo que deseé que estés rota? Que no hayas encontrado peces en el océano ¿Es malo? Tan malo"
Observe su rostro con atención, ojos cerrados, mejillas rojas, labios entreabiertos, mechones de cabello cayendo por su frente, todo acompañado de una tranquila respiración.
Su brazo rodeaba la piel desnuda de mi cintura, tres meses repitiendo la misma rutina. Nuestros coqueteos y encuentros eran cada vez más frecuentes, sabía la razón de ellos.
¿Te parece mal que te pida que vengas?
Sus labios atacaban con necesidad los míos, gemí ante su tacto. Alzó mi cuerpo haciendo que rodeara sus caderas con mis piernas. El sabor del whisky combinado con el tabaco de sus labios ya me era familiar.
Nuestras ropas cayeron al suelo con rapidez, su cuerpo cayó en el asiento del sillón, subiéndome a este, coloque mis piernas a los costados de las suyas. Bese sus labios, jugando con su cabello.
Su miembro rozó contra mi entrada, lo acomodé y bajé mi cuerpo haciendo que este entrara en mi por completo, tomó mi trasero con sus grandes manos. Di saltitos en el, montándolo.
A pesar de que él estuviera tomado, sabía perfectamente qué hacer cuando del sexo se trataba. Estaba mal lo que hacíamos, lo que dejaba que me hiciera pero supongo que no sé dónde trazar la línea y jugamos el mismo juego cada noche.
Tú no sabes cómo amarme cuando estás sobrio, cuando se acaba la botella, me acercas y dices todas las cosas que se supone debes decir
—Tu corazón es tan puro, cliché pero no puedo evitar decirte que eres hermosa tanto por afuera como por dentro. Tan pero tan hermosa ¿quién te dio permiso de ser así de perfecta?— preguntó mirándome directo a los ojos.
Sentí mis mejillas arder, mordí mi labio evitando que una sonrisa saliera de mi, sin embargo, fracasé en el intento. Baje mi vista.
—Esa, esa sonrisa me vuelve loco— dijo buscando mi mano por debajo de las sábanas, al encontrarla la entrelazó con la suya, volví a mirarlo —¿Cómo pudiste terminar con alguien como yo?
Me quedé sin saber qué hacer, reaccioné, solté su mano.
—Solo, duerme, es tarde— dije y me di la vuelta dándole la espalda.
Lo escuche reír levemente, no le interesaba, solo a él se le ocurría tomar de más un lunes de universidad.