Capítulo 11: En llamas

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Un paracaídas cae sobre un tronco que está a mi lado. Es un regalo, arco y flechas, para mí. Camila y yo nos impresionamos, y unos segundos después vamos a cazar. Logro cazar unos pájaros y le pido a Camila que encienda el fuego para cocinarlos (el fuego también nos va a servir para llamar la atención de Perrie, aunque aún no hay rastros de ella).

 -Lauren, ¿Por qué te regalaron arco y flechas?

 -Soy muy buena cazadora, soy una de las mejores de mi distrito y mi mentora lo sabe. Además, perdí mi cuchillo y lo único que nos quedaba era tu espada.

 -Eres buena cazando mi corazón.

Se me escapa la risa y digo

 -Que chiste malo. Ya no vamos a recibir regalos.

 -Pero te saqué una sonrisa. Eres hermosa riendo.

De la nada, recuerdo que se acerca el final de este maldito juego y se me escapa una lágrima.  

 -¿Qué pasa, Lauren?

Camila me acaricia la mejilla, secándome la lágrima.

 -Parece que lo único que se hacer es pensar en la muerte, en el fin de este juego...tengo una hermana, se llama Sara. Le dije que intentaría ganar, hasta me ofrecí como voluntaria cuando la nombraron.

 -Si, ví las cosechas en TV.

 -La extraño mucho. No puedo soportar la idea de no volver a verla...y...tampoco puedo soportar la idea de no volver a verte...

 -Oh, Lauren...

Camila me rodea con sus brazos y le digo

 -Sabes, cuando te ví en la entrevista, sentí una especie de admiración hacia ti...La verdad es que no se que sentí, pero me gustó.

 -Dime que sientes con esto.

Camila me acaricia la mejilla, me toca la oreja suavemente, acomoda mi cabello, se acerca a mi boca y me besa. No me importa si las cámaras están sobre nosotras, no pienso detenerme. Camila es lo más lindo que me pasó desde que estoy en la arena.

Unos minutos después, empieza a hacer mucho calor, y no es por el beso. Se siente olor a quemado y para nada parece una fogata. Parece...un incendio. Debe ser eso, un incendio originado por los que controlan estos juegos. Las llamas están cada vez más cerca nuestro, hasta que una de tamaño anormal pasa frente a nosotras y nos hace entrar en razón. Agarramos todo le que tenemos y salimos corriendo, buscando escapatoria, pero a simple viste parece que toda la arena está en llamas. Una bola de fuego logra quemarme una parte del muslo, lo cual me hace caer de dolor. Camila me ayuda a levantarme, hasta que ella también se quema y cae. La ayudo a levantarse y veo que tiene quemada la mejilla derecha.


Los Juegos del Hambre: CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora