CAPITULO 34:

228 3 0
                                    

En eso que la pareja salió comenzaron a saludar a todos pero en eso el cielo comenzó a tornarse oscuro al igual que las nubes.

Astrid: ¿Qué está pasando?

Estoico: Esto no es bueno

Hipo: ¿Qué pasa papá?

En eso se escuchó una risa maléfica y mucho humo comenzó a rodear a todo Berk.

Estoico: ¡Todos vayan hacia el Gran Salón, deprisa, deprisa!

Todos los vikingos obedecieron a excepción de Hipo y Astrid.

Estoico: Ustedes dos también andando

Hipo: Pero papá podrías explicarnos qué pasa?

Estoico: Son vikingos hijo!

Hipo: Pero yo solo veo humo por todos lados

Estoico: Exacto! Son vikingos hechiceros Y están a punto de

Estoico fue congelado y se desapareció en el humo.

Hipo: ¡Papá!

El humo comenzó a transformarse en vikingos que rodeaban a la pareja.

Astrid: ¿Hipo qué está pasando? (Asustada)

Hipo: Tranquila Astrid solo quédate a mi lado

Los vikingos que intentaban secuestrar a Hipo estaban de regreso

Líder: ¡Vaya! Miren a nuestra heroína Asustada

Hipo: Un momento, yo a ti te recuerdo, tu intentaste llevarte a mi dragón y matarme!

Líder: Wow! Un aplauso para el más inteligente!... Pero qué crees?

Hipo: Qué?

Líder: No venimos por ti!

Hipo: Entonces qué están haciendo aquí?

El capitán se acercó a Hipo y le dijo:

Capitán: Dinos! En dónde está el Furia Nocturna

Hipo: ¡Jamás!

Capitán: Cómo quieras!... De igual manera ya nos llevamos a tu chica (Desapareciendo en el humo).

Hipo se dio la vuelta para ver a Astrid pero el humo se la estaba llevando.

Astrid: ¡Hipo! (Gritando)

Hipo: ¡Astrid!

En eso uno de los vikingos le lanzó a Hipo una esfera de humo azul que poco a poco ésta estaba entrando por sus ojos. Hipo no le tomó importancia y corrió a buscar a Chimuelo, y lo encontró en su establo.

Hipo: ¡Chimuelo!

El dragón corrió hacia él.

Hipo: Vamos Chimuelo no hay tiempo (Subiéndose sobre él y comenzando a volar).

Hipo y Chimuelo comenzaron a perseguir a ese "humo" que en realidad eran vikingos. Al cabo de unos minutos el humo aterrizó sobre una isla al igual que Hipo y Chimuelo, ambos se escondían detrás de una rocas gigantes para esperar el momento justo en donde tenían que rescatar a Astrid. Hipo se distrajo mucho observando a los vikingos, que no se dio cuenta cuando uno de éstos le pegó en la cabeza haciendo que cayera desmayado.

Al cabo de unos minutos que Hipo despertó

Hipo despertó y estaba sin su espada de fuego y estaba atado de sus manos. Él comenzó a ver por todos lados para que su vista se aclarara y se dio cuenta de que estaba frente a Astrid y a Chimuelo.

Hipo: ¡Astrid, Chimuelo! (Levantándose del suelo).

Unos vikingos sostenían las manos de Astrid para que no intentara golpear a nadie y Chimuelo tenía una red de hierro sobre él y de pronto el capitán se le acerco a Hipo.

Capitán: (Con una sonrisa en sus labios). ¡Bienvenido Hipo!

Hipo: ¡Déjalos ir!

Capitán: Yo no puedo hacer eso Pero tú sí

Hipo: ¿Qué es lo que planeas hacer?

Capitán: ¡Veras! Tú decides a quien dejaremos ir

Hipo: ¡Deja ir a ambos!

Capitán: Hoho no puedo hacer eso Tú te quedas con uno y yo me quedo con el otro ¡Así que escoge!

Hipo: (Pensativo).

Capitán: O tu chica, o tu dragón

Astrid: ¡Hipo no lo hagas! Es una trampa!

Hipo: ¡Escojo a mi dragón!

Capitán: ¿Enserio? Escuchaste eso querida? Prefiere al dragón en vez de ti ¡Cómo quieras!... ¡Suéltenlo!

Los vikingos obedecieron y dejaron ir a Chimuelo mientras que Astrid se quedó desilusionada y triste, en eso los vikingos volvieron a convertirse en humo y se llevaron a Astrid con ellos hasta un barco en donde aterrizaron y comenzaron a navegar; Hipo rápidamente subió sobre Chimuelo.

Hipo: ¡Vamos por Astrid amigo!

Chimuelo obedeció y comenzó a seguir de nuevo el "humo".

Capitán: ¡Vete Hipo! Estás a punto de estropear todo

Hipo: Devuélvanme a Astrid!

Capitán: ¡Jamás! Y si te acercas créeme que soy capaz de matarla! (Poniendo una espada en su cuello).

Hipo sabía que ese hombre era capaz de hacerle eso a Astrid, entonces decidió no acercarse al barco.

Hipo: Lo siento Astrid (Mientras una lagrima recorría por su mejilla y miraba como el barco desaparecía entre la niebla del vasto mar).

Amor Verdadero: Conociendo nuevas visitas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora