D I E C I S I E T E

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Por primera vez comenzaba a sentirse feliz en muchos meses, no quería creer que era culpa de ese alfa, pero así era, DongHae les había llevado felicidad, a sus hijos e incluso a él mismo.

Se dio cuenta de que él solo se hizo creer que todos aquellos malos tratos qué solía darle Henry en ocasiones era porque él había hecho algo malo, que todo lo que sus padres le habían enseñado como omega no podía ponerlo en práctica, pero al estar al lado del alfa, se dio cuenta de que no era así.

DongHae jamás intento ponerse como un macho dominante sobre él, aceptaba qué era su dominante en ciertos aspectos, pero cuando se trataba de algo que concernía a sus hijos podía verlo revolcándose en el suelo con ellos o haciendo voces tontas para seguir sus juegos.

Solía quedarse con ellos hasta que durmieran, ya fuese en la habitación de uno u otro, siempre lo cargaba hasta su cama antes de estar en la habitación a su lado, incluso con él su trato era diferente, era dulce, un poco pesado pero finalmente estaba ahí para apoyarlo y no sacarlo de quicio cuando su trabajo se veía amontonado, si bien era profesor no todo solía ir con viento en popa como quisiera, tenía sus pequeños tropiezos y Hae se encargaba de ayudarlo a levantarse.

Henry era otra historia muy diferente, en Inglaterra casi no lo veía por sus proyectos, solía viajar mucho a los pequeños pueblos, rara vez podían ir todos como familia, aún así cuando sus niños entraron a la escuela fue a un internado, Henry y él pasaban tiempo de pareja, aún así quería a sus niños a su lado.

Cuando volvieron a Seúl las cosas cambiaron y no precisamente para bien, Henry no dejaba qué se divirtieran demasiado por temor a que rompieran algo preciado para él, Hye se comportaba como una adulta, cuando solo tenían nueve años, Yoon solía pasar más tiempo solo o con su hermana, no tenia más interacción pues en las palabras de Henry, lo cuidaba para que no se fuese con cualquiera, quiso creer que todos los cambios eran para bien, sus niños eran felices a su lado, eso era lo único que le interesaba, así que cegó aquella parte donde todos sufrían.

No intentaba compararlos, sería muy tonto de su parte siquiera intentarlo, no podía porque cada uno tenía sus modos de ser, cada uno tenía un pasado e intentaban arreglar o empeorar su relación, esa era su única respuesta.

- Hyuk ¿Estas bien?

Busco un poco antes de poder ver a DongHae a su lado, lo vio sentarse y miro el reloj, diez con quince, sus hijos ya debían estar dormidos, aún no entendía como era que tenían tanta energía, pero si aquel alfa los tomaba entre sus brazos esta disminuía tan rápido qué los hacia dormir.

- Si, yo solo, entendía algo de unos ensayos es todo.

- Creo que tienes mucho sueño, ve a dormir.

- Estoy bien, terminaré rápido.

- No lo creo, ahí veo muchos números como para que sean considerados ensayos.

Miro la libreta casi con pánico, se golpeó mentalmente al saber que era cierto, antes de vagar en su mundo estaba calificando la tarea de matemáticas de la última semana.

- Ah eso, es una nueva tarea qué les deje, ensayos de números ¿Nunca los hiciste?

- ¿Ensayos de números? No, creo que no... La profesora Soon nunca nos enseño eso, nos odiaba y en la universidad solo vi otras cosas.

- La profesora Soon era un amor de persona, exagerado.

- Oh no tu también vas con ese cuento, esa mujer era el demonio en persona, odiaba a todos los alfas, ningún grupo se salvaba de sus garras.

- ¿También? ¿De que hablas?

- De qué tu necesitas un buen descanso y no torturar a esos pobres niños como ella lo hacía.

¡Alfa malo!  - HaeHyuk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora