H E N R Y

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Su vida era perfecta, todos se lo repetían siempre, sus padres lo amaban, tenía todos sus caprichos, era bastante listo y no tenia que preocuparse por nada pues había resultado ser un alfa, la vida ideal.

Sólo qué aquel niño de diez años no sabía si era cierto, su padre siempre lo llevaba a la escuela, su madre lo recogía y ya tenía la comida lista, sus padres se turnaban para ayudarlo con la tarea, jugaba con ambos, incluso a la hora de dormir lo hacía en su cama, entonces, ¿Porqué no podía ser feliz?.

No lo sabía, creía que él era el extraño, el qué no pertenecía junto al resto, incluso se lo hizo saber a su primer pareja, ambos tenían doce y sus palabras hicieron llorar a quien fuese, pues tan solo era un recuerdo un poco borroso.

No te quiero, no eres lo que necesito para ser feliz así que aléjate de mi, no vuelvas ni siquiera a hablarme.

– Henry... ¿Hice algo mal?

– ¿Importa? Ahora dejame, quiero terminar mi almuerzo tranquilo.

En ocasiones se sorprendía de aquel trato qué dio, cuando lo hablo con su primo Kangin le comento que tal vez era porque su celo se aproximaba y los alfas solían ser muy agresivos, no entendió aquello, pero tampoco quiso comprenderlo.

Su segunda pareja fue a los quince, un lindo niño se confesó y acepto, no recordaba su nombre pues no fue interesante, al menos no al final.

Aquel niño solía tener una gran imaginación qué siempre le hacía reír, ambos eran felices con aquello, el único defecto qué podía verle eran sus horribles calificaciones, aquellos ochos en su boleta le hicieron sentir vergüenza por lo que termino con él fingiendo no conocerlo.

Cuando cumplió los dieciséis nadie quería acercarse a él y no le preocupaba, era "feliz" de ese modo, teniendo su propia soledad o eso fue hasta que realmente se enamoro.

La omega era hermosa, era lista, amable, de familia acomodada, su aroma era exquisito, incluso su sentido del humor era ideal para él, así que lucho por conquistarla.

Lamentablemente su relación solo duro tres meses, no soporto tanto, no podía seguir con aquella chica de falsas sonrisas, sabía que eran falsas pues supo que no se sentía del mismo modo a su lado, su corazón no latía como loco al verse, así que la dejo ir.

Tampoco es como si haya sufrido mucho por verla partir, pues ambos eran tan iguales qué sintió qué era como estar con él mismo, por lo que dejarla hizo qué incluso se sintiera mucho más tranquilo, como si entendiera algo, pero a la vez como si fuera un misterio qué no resolvía como era debido.

Solo que la universidad sería del mismo modo, solo que el destino hizo su última jugada haciendo qué se  encontrará a un lindo omega de aroma extraño, ambos chocaron, su mirada avergonzada, sus mejillas sonrojadas y esa tímida mirada, fue lo que volvieron loco y entonces supo que aquel chico era su destinado, aquella persona con la que pasaría el resto de su vida, hasta que su burbuja de ensueño se rompió.

Tiene pareja.

– ¿Sabes quien es?

– Lee HyukJae.

Señalo al frente para ver al chico abrazado por otro mientras gruñia, la primera punzada de celos fue la causante de que su almuerzo se arruinara, ¿Quién se creía que era? No merecía estar cerca de su pequeño omega, tan solo era insignificante piedra qué se encargaría de su camino.

¿Es una broma?

– Lo estas viendo, ambos escaparon de casa el último año para casarse.

¡Alfa malo!  - HaeHyuk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora