La soledad siempre fue mi morada, algunos amigos si pero nada real, solo conocidos. Una noche cambio mucho mi existencia totalmente, un chico, un bar, un callejón y la Luna fue testigo del comienzo de mi eternidad, yo soy la novia del vampiro y es...
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Abrí los ojos no veía nada todo estaba oscuro Tenía el cuerpo dormido y estaba desorientada me encontraba en el centro de una habitación sin ventanas, y solo ilumina una pequeña vela, justo en el centro lo que provoca que todo aquello que se halla fuera del círculo de la luz era todó escalofriante.
No podía moverme mis tobillos y muñecas estaban amarradas en una silla de metal y estaba atornillada al suelo no sabía en que momento y cuanto tiempo llevaba aqui encerrada no se quién me tiene retenida y en esta situación y ni quien se preocupara por mi.
Ni familia ni amigos que preguntaran dónde estoy metida los únicos que podían echarme en falta eran los compañeros de oficina, y creo que tampoco Primero, porque en mi trabajo la mayoría no saben ni mi nombre y segundo, porque para los pocos que sabían de mi existencia, yo iba a estar de vacaciones los próximos 15 días sin saber donde me había metido.
Como ya habéis imaginado, a pesar de estar rodeada de gente, nunca se me ha dado bien eso de hacer amigos soy la típica chica que siempre está sola en el cine, en los museos y mi unica obsesión es Miguel, me mantiene ocupada cuando no tengo que trabajar me siento totalmente asustada acá sola ya no aguanto más de estar acá no se quien me tiene secuestrada,
-Ayuda! Hay alguien aquí?! Por favor alguien saqueme de aquí!
El último recuerdo que tengo al despertar aquí desde el viernes ese día, después de trabajar había ido a la biblioteca a devolver unos libros, y después entre pasos fui un rato al parque, luego me encontré con un viejo amigó, y el tiempo pasó, y no me di cuenta que ya era muy tarde.
Así que me despedí de el y al rato un Hombre se me acercó y me hablo. Sobre su vida y sus problemas familiares y de él solo recuerdo su mano fría y contundente, porque al volverme para agradecerle por haberme acompañado, ya no estaba ahí.
Así que recogí mis cosas y salí del parque recuerdo que eran las 12 de la noche, el autobús no terminaba de pasar y me aburrí de tanto esperar y hasta estaba sola en la parada, de modo que tome asiento decidí cenar algo y tomarme un jugó antes de irme a casa en taxi.
Ya cenada, entré a un bar y me quedé allí un rato el ambiente estaba un poco agradable, por que nadie se fijaba si estabas sola o acompañada, nadie te miraba como si fueras invisible.
Entre la gente, me pareció escuchar la voz del desconocido que me había acompañado en el parque, pero como no sabía cual era su rostro, ni miré pero él si me vio, porque a los pocos minutos estaba pidiendo permiso para sentarse en mi mesa.
Me sorprendió lo que vi.
Tenía sentado delante de mi a un muchacho de una belleza sin igual, muy pálido, con los ojos claros y el pelo muy negro, como únicamente recordaba sus manos, no pude reprimir la curiosidad de mirárlas estaban muy cuidadas y parecían suaves me quedó la duda de si estaban frías o no.
