Un verso y un recuerdo

Falacias

¡Ay, ay, ay, ay!
Ay Dios mío.
¿Donde hay paz?
¿Donde hay?

Mi cielo se tornó gris,
Las frescas brisas se hicieron tempestades.
Hoy vivo infeliz,
Gracias a tus falsedades.

Falacias, maestrías de telaraña,
Esta tristeza mía la dejo en este papel,
Que al leerlo mi alma la daña.
Y yo que te habia forjado una corona de laurel.

¡Viva mi suerte!
Aunque me muera de celos,
Quiero ser testigo de mi amor tirado por los suelos;
De pie quiero ver mi muerte.

Me toco perder con carta jugada.
Fuiste puerta falsa que creí abierta.
Ya mi esperanza la dejaste muerta,
Completamente derrotada.

Pero que poca cosa.
Hubiera deseado que fueras muda,
Porque con tu espada de doble filo llamada
Lengua me mentiste sin justa causa...