Narra Pablo.
Tengo la vista en la carretera pero, la veo de reojo y sé que está nerviosa.
Pablo: Amor -tomo su mano y la miro por un segundo- Tranquilízate, que todo va a ir bien. Lo peor ya ha pasado, créeme.
Ella sonríe y acaricia mi cara con la mano que tiene libre.
Ari: Yo sé... y sé que es mi familia pero, no puedo evitar sentir este miedo de que puedan creer que les he fallado -dice angustiada-
Me parte en dos verla así.
Pablo: Ellos te aman y van a respetar cualquier decisión que tomes en la vida, créeme -aprieto su mano- Eres su sangre y contra eso no hay nada. Ellos siempre van a querer verte feliz.
Ari: Gracias por acompañarme, esto es muy importante para mí.
Aprovecho que estamos llegando a casa de su madre y que justo he pillado un semáforo en rojo.
Me giro y la miro a los ojos.
Pablo: Te amo -la beso- No me des las gracias porque daría mi vida por ti, lo sabes -vuelvo a besarla-
Ella va a decirme algo pero, el claxon del coche de atrás para que me mueva, me hace volver a la realidad.
[...]
Estamos frente a la casa de su madre. Ella parece temblar más por segundos y yo ya no sé qué hacer para tranquilizarla.
Pablo: Todo estará bien, tú sólo confía en mí -la abrazo contra mí, antes de que llame al timbre-
Ari: Confío en ti ciegamente -me da un corto beso antes de llamar-
Llama al timbre y a los pocos segundos nos abre su madre.
Al verla, sus ojos se iluminan de una forma brutal. Está feliz de volver a verla.
Marina: ¡Hija mía! -la abraza fuerte- Te echábamos muchísimo de menos.
Mi novia le corresponde al abrazo y yo estoy muy feliz por contemplar esta imagen.
Se separan.
Ari: Y yo a vosotros.
Puedo ver como su rostro luce de otra manera. Está más relajada.
Su madre me mira, no baja la guardia conmigo y lo entiendo pero, tiene que entender también que amo a su hija y que por más cosas que hayan pasado entre nosotros, estamos juntos de nuevo porque nunca nos dejamos de amar.
Pablo: Hola Marina -decido romper el hielo-
Marina: Hola -me da dos besos-
Estoy seguro de que lo hace por su hija, sólo quiere verla feliz.
Marina: Pasad, no os quedéis en la puerta -se hace a un lado y pasamos dentro de la casa-
Al entrar está toda su familia, sus hermanos y parejas, y su sobrina Martina.
Ari saluda a todos. Parece que, al igual que su madre, no se crean que ha vuelto.
Martina: ¡Pablo! -salta del sofá y se lanza a mis brazos-
Llevo años sin verla y parece que no ha sido así porque sigue sintiendo este amor y este cariño por mí.
Ella no sabe todo lo que ha pasado en estos años entre su tía y yo. Me encantaría ser como ella y tener su inocencia.
Pablo: Pequeñaja... -la abrazo fuertemente-
Sí, yo también la he echado de menos.
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Vamos a volvernos eternos.
FanfictionPablo y Ari, dos personas separadas por segunda vez pero, esta vez no hubo terceras personas ni amantes. Esta vez hubo algo más doloroso, la pérdida de un hijo. Él no estuvo cuando ella más lo necesitaba, ella no pudo con todo sola y se marchó. ¿Se...